Devina estuvo vestida a tiempo. Le ayudó una doncella de la casa quien tenía mucha prisa, porque debía hacer muchas otras cosas más. Rose, desde luego, estaba ahora atendiendo a Nancy-May. Al ver su imagen reflejada en el espejo, Devina pensó que ésta era, tal vez, la última vez que usaría uno de los hermosos vestidos pertenecientes a Nancy-May. Fue una experiencia fascinante observar la diferencia que la ropa costosa daba a su apariencia. Se preguntó si esa noche Galvin Thorpe la vería con la admiración que le demostrara antes, o si sólo habría reproches en su expresión, por la forma en que había actuado. Se preguntó cómo sería posible hablar con él a solas, aunque fuera por unos minutos. «¡Lo amo!», pensó con desventura. «Pero él no me volverá a amar jamás». Estaba segura de que un
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