Devina despertó cuando una voz dijo: —¡Te veo muy bonita en la mañana! Devina abrió los ojos. Nancy-May estaba sentada junto a ella, en la orilla de la cama, con un camisón adornado de encaje, su cabello rubio cayendo sobre sus hombros. —Creí que eras la Bella Durmiente y que no ibas a despertar nunca— continuó diciendo Nancy-May, en tono de broma. Devina se frotó los ojos para terminar de despertar. —No concilié el sueño hasta muy tarde— dijo a modo de disculpa—, preocupada por ti. —No había necesidad de que te preocuparas— contestó Nancy-May. —Nancy-May. ¿Estás segura, completamente segura de que amas a Jake y de que él te ama a ti... por ti misma? —Hablas como papá y mamá— replicó Nancy-May con petulancia. —Estarían preocupados, como lo estoy yo, simplemente porque te aman— in