Ese día ellos no se pararon a descansar ni siquiera para comer, ellos querían llegar antes del anochecer a la ciudad de Kang. Daniel le había dicho a Rita que descansará ya que él camino de ahí en adelante solía ser seguro ya que estaba cerca de la ciudad de Kang. Rita le había tomado la palabra, ella aún se sentía cansada y con el cuerpo pesado. Asiel sostenía su mano mientras Rita apoyaba su cabeza en su hombro, él le preguntó. _ ¿Cómo te sientes? _ Mucho mejor, ya no me siento tan cansada como antes. _ Me alegra escuchar eso. _ ¿Tus heridas? _ Me duelen, pero estoy bien, puedo soportarlo. Rita le acarició la mano y le dijo. _ En verdad odio que hayas salido lastimado. _ Deja de atormentarte por eso, yo estoy bien, eso es lo verdaderamente importante. Faltaba poco para lleg
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