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Los días pasaron y ninguno se llamó o se envió un mensaje.
-Ambos sentíamos tristeza en nuestro corazón, tal vez tenía que ser así para darnos cuenta que, de los dos, Jasha no quería lo mismo que yo.
Fue lo que pensó Natasha.
Pronto sería la competencia de motocross para la segunda eliminatoria.
Era obvio que Natty pensaba ir aunque su abuelo se lo prohibiera.
Jasha también estaba pendiente de la fecha pero no podría asistir, su padre lo envío a Japón a realizar el examen final de su especialidad en medicina.
No quiso despedirse de ella, era mejor así por el momento.
Le prometió al viejo Dmitry que sería más fuerte en el campo empresarial.
Tenía que aumentar sus influencias cuando llegara el momento de ayudar a Natasha a enfrentar a los enemigos de su padre.
Jasha tenía que unir fuerzas con la mafia China y de Japón.
En Rusia no podría preocuparse, tenía a Valak. Así se sentiría más tranquilo.
Aunque Dominik tenía dominio completo de toda la mafia en el mundo, Jasha quería ser digno de cuidar a la hija del demonio Valak.
Pensó alargar su viaje un poco para aprovechar lo que tenía planeado.
....
En un hospital de la capital Rusa, un médico ginecólogo follaba duro con su secretaria.
Jake Kozlov era un poco retorcido, a sus treinta y cinco años había experimentado todo lo que se le ocurriera.
La golpeaba contra el escritorio y le jalaba el cabello hacia atrás.
La mujer se cubría la boca para no hacer ruido, le dolía tanto, pero estaba loca por Jake.
Después de casi una hora el apuesto hombre terminó, fue al baño, tiró el condón por el retrete, jaló la cadena y se lavó las manos.
Al salir vió que la mujer aún estaba ahí provocativamente esperando el segundo asalto.
-Largo..!
-Pero Jake.!!
-Cómo te atreves a llamarme así.?
-Te dije claramente que sería la última vez.
-Señor..!
-Dije largo, a menos que quieras perder tú trabajo.
La mujer de unos veintiocho años salió abatida del consultorio, pensó que podría llegar a tener algo más con su jefe pero estaba equivocada.
Eso jamás se quedaría así, ella planeaba por todos lo medios quedar embarazada de él.
El apuesto norteamericano era muy alto.
Se notaba lo bien trabajado que estaba su cuerpo a través de su camisa ajustada.
Lleno de tatuajes hasta el cuello con un corte que lo hacía lucir muy varonil y misterioso, se acomodó su pantalón, roció un poco de ambientador para quitar el olor a sexo de su consultorio.
Era un tipo perverso con las mujeres, ninguna lo había dominado hasta ahora, en la cama era sumamente sucio y cruel.
Jake era visualmente el delirio de cada mujer, en la cama las hacía llorar y pedir piedad, muy pocas llegaban a querer más, la que esperaba por otro más, simplemente era para subir de estatus en el hospital.
Algo que jamás le daría a ninguna de ellas, todas eran unas putas perras ante sus ojos. Ninguna merecía más que una follada o ser castigadas por parte de Jake.
Volvía locas a las mujeres a pesar de ser muy despiadado, usaba métodos poco...
Inusuales....?
Le encantaba escucharlas pedir clemencia por haber elegido querer pasar una noche con él, las hacía lamentarse de su decisión, muchas perdían la cordura cuando pasaban una noche en su cama y su cabeza se llenaba de delirios.
Usaba drogas sin pasarse del límite, no era nada tonto, conocía las leyes y no quería terminar en la cárcel.
Ellas gritaban de dolor, no era placer, era dolor.
A Jake le fascinaba el sadomasoquismo y métodos muy poco inusuales que lo hacían parecer más un pervertido psicópata que un médico reconocido.
Conocía bien cada parte femenina, la intimidad de cada mujer, por supuesto tenía que hacerlo siendo uno de los mejores ginecólogos.
Sabía bien qué las excitaba, qué las volvía locas, el maldito sabía cómo complacerlas y hacerlas gritar su nombre.
Pero eso a Jake no lo excitaba, a él le encantaba verlas sufrir, sangrar y vomitar de tanto dolor.
Su madre fue abusada al extremo de morir en manos de su maldito abusador, lo odiaba hasta la muerte, pero, no podía desobedecer su mandato.
Fue tanto su trauma que se convirtió en su peor pesadilla, ahora era lo que más odiaba, ser igual a Murdoc Koslov, su padre.
Nada devolvería la vida de su amada madre, así que se dedicó a hacer sufrir a todas las mujeres que cruzaban su camino, las odiaba porque ninguna sería jamás como la mujer que le dió la vida.
Muchas quedaban con serios problemas después de pasar por su cama.
Quedaban traumadas, perdían la confianza en ellas, quedaban con traumas en su parte íntima. Conocía bien algunas drogas que no dejaban rastro alguno.
Todas pagarían con la misma moneda.
Ninguna jamás sería tan pura como su amada madre.
Pero qué lo hacía ser así..?
Era el hecho de que jamás serían como ella.
Su madre era única.
Las demás buscaban algo diferente del amor de una madre, buscaban el amor de un hombre y estatus social.
Qué lo llevó a unir eso en un mismo contexto.?
Su padre, él siempre dijo que todas las mujeres eran unas putas perras, empezando por su madre.
Todas debían sufrir y morir, porque eran una basura.
Así que Jake creció subconscientemente con ese pensamiento erróneo.
Sabía que tenía un problema mental pero no quería buscar ayuda, no sentía esa necesidad.
No tenía una enfermedad, al menos no ante sus pensamientos.
-Era feliz haciéndolo.?
No, su vida era una pura mierda catastrófica.
Estaba vacío por dentro.
Sentía que no valía ... Nada...?
Ninguna hasta la fecha lo había hecho feliz.
Su padre fue el culpable de ello y él mismo por dejar que ese sentimiento lo consumiera.
Jake tenía todo lo que un hombre exitoso podría soñar, todo menos amor, jamás a excepción de su madre había sentido lo que era amar a otro ser.
Anhelaba algún día poder llegar a amar..?
A sus treinta y cinco años ya no estaba seguro de lograrlo, ni le importaba.
Había follado con tantas mujeres y ninguna lo satisfacía como realmente quería.
De algo sí estaba seguro, no podría librarse del dolor que tenía en su corazón jamás y de la que ejercía su padre sobre él.
Así que su único escape era liberar esa frustración haciendo sufrir a esas mujeres, a todas sin excepción.
Las empresas Koslov eran muy reconocidas a nivel nacional e internacional, claro que tenía sus enemigos y Murdoc Koslov quería acabar con cada uno de ellos para convertirse en el mejor, el hombre se unió con algunos mafiosos de los bajos mundos, su confianza rápidamente creció, sus hombres acabaron con algunos de sus enemigos.
Pero Murdoc quería apropiarse de la vida del más importante VALAK, el demonio de la mafia Rusa, llamado así por ser tan despiadado que incluso asesinó a su propia esposa e hija con tal de no recibir amenazas de sus enemigos. Eso era lo que se decía acerca de él.
Aunque muchos no sabían que Murdoc conocía un gran secreto detrás de la muerte de Milah.
Y ese, ese secreto sería una moneda de cambio en el futuro.