Capítulo 16

1056 Words
Victoria llegó al puerto dónde estaba atracado su velero Gaviota para realizar unas práctica para no oxidarse, ya que varios días antes de la boda y luego la luna de miel, no había podido practicar. Le resultaba extraño estar en el puerto y no entrar en la oficina. El puerto de su embarcación estaba separado del embarcadero de Los Baker, pero Bonnie, la había amenazado con toda clase de castigos físicos si se le ocurría poner un pie en la oficina antes de que terminara su luna de miel. Aunque era una mujer menuda, Bonnie, era una fuerza de la naturaleza. A pesar de que su instinto la empujaba a ir a ver cómo iba todo, no quería ser motivo de enojo para su amiga. Si había algún problema serio, Bonnie la avisaría. Además, si Angus, era capaz de mantenerse alejado de su trabajo durante dos semanas, ella también. La excitación le recorría las venas. No había estado en el velero desde antes de la boda y se moría de ganas por ponerse detrás de los aparejos y bailar por el mar. Angus iba a acompañarla. Aquella mañana le había sorprendido, en su último viernes antes de regresar a trabajar, diciendo que había decidido aceptar su ofrecimiento para navegar en la Gaviota. Y Victoria estaba encantada ante la idea de presumir un poco delante de su marido. Sin embargo, más importante aún era que él le hubiera demostrado que confiaba en ella, algo que resultaba increíble dada su preferencia por ser siempre el timonel al mando. La única sombra de su día había sido el último correo que había recibido. Las palabras se le habían grabado a fuego en la memoria. No hacía más que preguntarse qué persona de su pasado podía ser "Tuya". Evidentemente, tenía que ser alguien de su época universitaria, a juzgar por la foto, pero Victoria, había dejado de tener contacto con ellos después de aquella humillante noche. Si sabes lo que es bueno para ti, saldrás de su vida y no volverás nunca junto a él. La inherente amenaza le había helado la sangre, en especial por venir después de la fotografía que le había enviado unos días antes. ¿Le estaba advirtiendo la persona que le enviaba aquellos correos de que, si no dejaba a Angus, utilizaría la foto en su contra de alguna manera? Tal vez se trataba de alguien con la que Angus, había salido, pero, si fuese así. ¿Cómo tenía esa persona acceso a fotografías de ella y de su pasado? ¿Y qué esperaban ganar amenazandola? Si Angus, hubiera tenido una relación con otra mujer, no se habría puesto en manos de su abuela para que le encontrara pareja en "Solución Matrimonial". Cuanto más lo pensaba, más le dolía la cabeza. De lo único de lo que estaba segura era de que había más ingonitas que respuestas. Le habría preguntado a Angus, si había estado saliendo con alguien antes de casarse con ella, pero la oportunidad no había presentado. O tal vez era que tenía miedo de sacar el tema en caso de que él quisiera saber las razones de aquel interés. Alzó la mirada hacia el velero y esa maravillosa vista del mar azul y dejó a un lado sus dudas. Había terminado ya la inspección. Vió que Angus le estaba observando al lado del embarcadero —¿Todo está bien? —Como debería ser –replicó ella con una sonrisa–. ¿Estas listo? —En lo que se refiere a navegar y, ahora que lo pienso, también a otras cosas, siempre estoy listo –respondió con una sonrisa que derritió a Victoria por completo. Ella se obligó a recuperar la compostura y a centrarse en qué navegara por primera vez con su esposo, y que ella tomará el control. —En ese caso, de acuerdo –dijo Victoria–. Es mejor que subamos. El puerto estaba menos concurrido que de costumbre y rápidamente abordaron el velero y a los pocos minutos ya estaban navegando.. Se sentía el silbido de la brisa, por lo cual Victoria, tuvo que alzar la voz para que Angus, la pudiese oír. —¿Estás bien? —Aún no he tenido que sentarme sobre las manos para no tocar el timón, pero sí, estoy bien. Victoria se echó a reír. Se imaginaba perfectamente cómo se sentía Angus en aquellos momentos. Por fin, entro a la perpendicular del viento y experimentó la emoción que siempre sentía cuando hacía navegar la Gaviota. Unos Victoria alcanzó el viento perfecto y volvió a alzar la voz. —Voy a hacer algunas maniobras. ¡Agárrate fuerte! Angus, le mostró el pulgar para darle su aprobación y ella dio una suave vuelta. —¿Eso es todo? –le desafió él cuando el velero volvió a estar en horizontal–. Venga ya… Sé que tienes más trucos en la manga. —Tú lo has querido. La secuencia acrobática que hizo fue la que a menudo realizaba en las exhibiciones, como viradas y trasluchado, pero la emoción no disminuyó por llevar un pasajero a bordo. Sin embargo, llegó un momento en el que ella se preguntó si había ido demasiado lejos. Después de todo, a Angus, le gustaba controlar lo que ocurría en una embarcación. No debía de estar resultándole natural estar al lado de una mujer timoteando y no tomar los controles, sobre todo porque parecía que, entre tantas acrobacias, la Gaviota podría hundirse en cualquier momento. Tras completar sus maniobras, Victoria enderezó el rumbo y se dirigió hacia la costa. Ver el mar espléndido siempre la tranquilizaba, fuera cual fuera la clase de día que estuviera teniendo. Oyó que Angus, alzaba la voz —Eso… ha… sido… espectacular… Victoria sonrió. —Me alegro de que te haya gustado. —Eres una piloto fantástica. Victoria, sintió que el pecho se le henchía de orgullo. No escuchaba con mucha frecuencia una alabanza tan sentida y no había esperado que fuera de Angus… Eso lo hacía mucho más especial. —¿Quieres tomar el timón un poco? –le preguntó. —Sí, claro… Victoria, le explicó brevemente algunos conceptos básicos y algunas tendencias del velero. —Tienes el control –le dijo después de que Angus, asintiera para comunicarle que lo había entendido. El corazón se le paró un instante en el pecho.
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