TREVOR Llevaba unos siete años viviendo en Portugal, el clima era bueno, los inviernos no eran tormentosos y amaba los veranos aquí, fue una de las cosas que me obligó a quedarme, todo lo que disfrutaba en verano, donde la conocí a ella. La ventaja de ser independiente era que le hacía caso a mi padre solo si así quería, sus palabras se quedaban como consejos, de esos que puedes ignorar, como cuando me dijo que regresara. ¿A qué? Concertarme otro matrimonio no podría, es decir, yo no era un jovenzuelo que haría lo que mi padre me dijera, sin miedo a quejarme. Lastimosamente mi prometida murió hace unos cuantos años, lo que me llevó a salir de allí. No nos amábamos, recién nos conocíamos, a pesar de haber nacido en el mismo lugar, nuestras familias eran muy pudientes allí, una de las q