Sebastián Ríos, contaba con un secreto que durante años mantenía completamente resguardado y que nadie hasta la fecha era capaz de descubrir, ¿Quién era la persona que le llamaba padre?
Todo sucedió hace veinte años y siete meses atrás, Sebastián en ese entonces no era más que el hijo preferido de la familia Ríos, apenas contaba con dieciséis años y su deseo por la vida en convertirse el empresario de la moda más exitoso de su historia, era más que claro, así como marcar su rumbo hacia el éxito, solo existía un pequeño inconveniente con esa situación; Marlene Rivas, jovencita que compartía la misma edad con Sebastián y que frecuentaba la mansión de los Ríos, era la amiga más cercana e influyente en la vida del joven, ¡Era tanta la confianza que existía! Que pasaba la noche en la habitación del joven Ríos, nunca nadie se imaginó que esos jóvenes con las hormonas alborotadas, se entregaban a la curiosidad y al deseo de todo joven desordenado.
Hasta que uno de tantos días en los cuales Marlene se encontraba más que simplemente deseosa y encantada con lo que sucedía entre ambos, surgió la inesperada propuesta de su parte hacia Sebastián, sin esperar que su propuesta fuese aceptada por el joven millonario. —¿No te parece que es tiempo de formalizar nuestros encuentros?
Sebastián enmudeció ante la pregunta de Marlene. Desde meses atrás que compartían habitación algunas noches de “Estudio” ella nunca se mostró interesada que llegara a suceder algo formal entre ambos, por lo que tomó por sorpresa dicha pregunta de la joven en ese momento.
—¿Qué es lo que dices? Por supuesto que no deseo que esto se formalice, desde un principio me has hecho sentir y creer que solo lo hacemos por diversión y porque es agradable hacerlo, pero de eso a formalizar lo que sea que estés pensando o sintiendo, creo que no va suceder jamás, además somos jóvenes y tengo muchos planes y mi rumbo marcado, mismo que deseo llegar a cumplir a cabalidad.
Sin duda fue un duro golpe para Marlene haber recibido esa inesperada y temible respuesta de parte del joven que se había convertido en más que un “Lindo pasatiempo”
Marlene respondió con enojo y orgullo para luego retirarse de la habitación. —¡Entonces olvídate de continuar recibiendo de mi parte esa satisfacción que sientes al estar conmigo! No me vuelvas a buscar en lo absoluto Sebastián.
Sebastián sintió muy fuerte las declaraciones de Marlene y reaccionó de inmediato. —¡No! Pero, espera, no tienes por qué reaccionar de esa manera.
Marlene dejando la habitación y aún más palabras en boca del joven. Marlene se alejó de inmediato con la firmeza de no volver a encontrarse con Sebastián, lamentablemente ella no podría sacar de su corazón el amor que desarrollo por Sebastián durante los últimos meses, lo que permitió que ella mantuviera la esperanza que Sebastián la buscara por cualquier medio posible.
Pasadas unas semanas, Sebastián comenzó a sentir la soledad y el deseo de estar con Marlene, particularmente era el tipo de joven que se mezclaba con cualquier tipo de mujeres, pero ese sentimiento de encontrarse de nuevo con Marlene, desesperó el deseo de Sebastián y con ello llegar a buscar a Marlene a su residencia.
Marlene queriendo darse su lugar y resistiéndose un poco, recibió en su habitación a Sebastián, para escuchar lo que tenía para decir, preguntando con orgullo. —¿A qué has venido? Creo que fui lo suficiente clara en mencionarte que no deseaba volver a verte.
Sebastián dudando de las palabras de Marlene, respondió con premura. —¡Pero si no desearas verme, estabas en tu derecho de no recibirme bajo ninguna circunstancia! Pero no he venido a querer hacerte sentir que eres o podrías ser accesible sabiendo lo que sientes por mí.
Marlene se levantó de inmediato mostrando cierta inconformidad por la manera en la que Sebastián comenzó a expresarse de ella, para luego expresar su descontento. —¡¿No te vasto con insultarme en tu residencia, sino que ahora vienes y en mi habitación vienes a decirme que soy una mujer resbalosa?! En verdad eres un descarado Sebastián, por favor márchate de inmediato.
—¡No, Marlene! Perdón, no me estoy expresando de la mejor manera posible contigo, soy un poco torpe para expresarme o dar a entender lo que en verdad deseo, por favor dame una nueva oportunidad.
Marlene se derretía por Sebastián, por lo que tras escuchar la manera en la que se expresó en ese momento, permitió que continuara con su “Explicación” —Tienes una nueva oportunidad, pero esta es la única oportunidad que te daré, así que debes ser muy cuidadoso con lo que deseas dar a entender.
Sebastián bajo los brazos y las palabras comenzaron a fluir. —Lo que deseaba darte a comprender, es que en verdad desearía que regreses a casa, lo que sucede que en esa ocasión me tomaste por sorpresa y no supe cómo reaccionar, pero me he dado cuenta que me haces demasiada falta, desearía que de momento aceptaras en volver y continuar con lo nuestro y conforme me sienta mejor o asimilando ese sentimiento que hay por ti dentro de mí, entonces creo que me podría asegurar en establecer nuestra relación en público, entonces que dices ¿Aceptas regresar conmigo?
De alguna manera era todo lo que ella estaba esperando que Sebastián mencionara dentro de sus torpes palabras que sonaban a arrogancia, pero que después de todo Marlene se encontraba enamorada del joven Ríos.
—¡Voy a regresar contigo! Solo voy a dejar una condición, deseo que la próxima vez que estemos juntos y juguemos a hacer el amor, desearía que lo hicieras esta vez sin protección, me han contado que se siente mucho mejor hacerlo así.
Sebastián arrugo el rostro y preguntó con incertidumbre. —¿Pero eso no es muy arriesgado?
—Siempre y cuando me esté protegiendo, no sucederá nada, conseguí casualmente unas intravenosas que previenen los embarazos, así que descuida que todo saldrá bien y disfrutaremos aún más de nuestros juegos.
Definitivamente era un terreno muy peligroso el que estos jóvenes comenzaban a caminar, las consecuencias podrían ser muy difíciles de afrontar, pero Marlene deseaba no experimentar sensaciones fuertes y más naturales con Sebastián, sino más bien era todo lo contrario y en su interior existía un plan para amarrar según su pensamiento al hijo más joven de la familia Ríos.
Una semana más tarde.
Tras la reconciliación entre ambos. Marlene visitó nuevamente a Sebastián en su mansión, los padres de Sebastián se alegraron al observar como la señorita de alta gracia y categoría, se acercaba nuevamente a su mansión.
El padre del joven Ríos, mencionó de inmediato. —Me alegra que te encuentres de vuelta en la mansión, es una alegría observarte al lado de mi hijo, ¡Como me encantaría que ustedes formalizaran una relación! Se ven muy hermosos juntos.
Marlene se sonrojo ante las palabras del padre de Sebastián, por lo que para no ser considerada una irrespetuosa, le dio su punto de vista, ocultando definitivamente los sentimientos que existían de su parte hacia el hijo de los Ríos.
—Le agradezco su comentario señor Ríos, solo que considero que no nos encontramos preparados para asumir un tipo de relación en este momento en el que nuestras actividades estudiantiles nos impiden pensar o imaginar en algo parecido a una relación, nuestra comunicación y relación con su hijo es específicamente académico, por lo que si en un futro llegara a existir esa química, ¿Pueda que usted logre su objetivo conmigo? De momento no señor Ríos.
El padre de Sebastián sintió pena en ese momento y respondió a la brevedad posible. —¡No te preocupes jovencita! Solo era un decir de mi parte, pero me alegra de igual manera que te tomes el tiempo para venir con mi hijo a estudiar.
—¡Si, a estudiar señor Ríos! Con su permiso debo subir con su hijo a realizar las tareas de matemáticas.
Marlene no estaba dispuesta a dejar que Sebastián la tratara solo como un objeto de satisfacción personal en esa primera vez luego de reconciliarse, se dirigía con un solo propósito y era precisamente el de encender el fuego y hacer arder el mundo de Sebastián.
Sebastián encontrándose a solas con Marlene y con deseos de poseer su cuerpo, le preguntó sin remedio alguno. —Ahora que nos encontramos solos, deseo preguntarte algo importante, te has inyectado esa intravenosa que mencionaste en esa ocasión en tu habitación ¿Verdad?
Marlene con una sonrisa respondió al joven Ríos. —¡Por supuesto! Pero entonces dejemos esto por un lado y comencemos este interesante encuentro, estoy más que ansiosa por sentirte dentro de mí sin ese forro de fiesta.
Sebastián no se resistió más a lo que acontecería entre ellos en esa nueva aventura de dos adolescentes irresponsables que solo pensaban en saciar sus deseos fisiológicos, pero que Marlene lo tomó como algo personal y dejarse embarazar de Sebastián, para ella sería la venganza perfecta y con ella retener y amarrarlo de por vida ¿Pero en verdad podría amarrarlo?
Tras el encuentro amoroso entre ambos, Marlene abrazada a su cuerpo preguntó con una sonrisa en su rostro. —¿Qué te pareció Sebastián? Creo que esta vez sí me has hecho sentir lo que cualquier mujer podría llegar a sentir, al menos de mi parte ha sido una experiencia muy diferente.
—Tienes toda la razón Marlene, sin duda nos estábamos perdiendo de mucho, ¿Pero si de verdad te inyectaste eso?
—Te he dicho que sí, no soy tan estúpida como para quedar embarazada de ti, sabiendo que no me amas como creí que podrías hacerlo.
Sebastián se resintió a las palabras de Marlene y respondió con el rostro cabizbajo. —¡No es eso Marlene, solo dame tiempo para asimilar esta situación! Mientras tanto creo que podríamos continuar disfrutando de esta situación.
Las semanas pasaron desde ese día, pero al parecer Marlene no lograba su objetivo y el embarazo no llegaba, por lo que consideró el hecho de pensar si era posible que ella era estéril, por lo que tras unos cuentos exámenes a escondidas de sus padres, logro corroborar que no sufría de tal situación, así que los intentos para quedar embarazada de Sebastián continuaron sin descanso alguno ¡Al punto que se veían seguido y en otras ocasiones en la residencia de Marlene!
La frustración era inminente en Marlene al realizarse las pruebas de embarazo y encontrase con la misma respuesta por últimos tres meses, nada avanzaba y Sebastián comenzaba a sentirse un tanto presionado por la manera en la que Marlene lo asechaba y buscaba específicamente para encuentros íntimos, lo que provoco que, durante esos meses el rendimiento académico de ambos bajara más de lo que podría considerarse normal.
Después de cinco meses.
Sebastián comenzó a sentirse aturdido por la situación y conversó con Marlene al respecto. —Marlene, en serio debemos de conversar al respecto, creo que te has empecinado demasiado en esta situación entre nosotros.
Marlene no dejo de sentir intriga, pero deseaba que Sebastián no sospechara de sus intenciones, por lo que preguntó. —¿Empecinada? ¿Porque lo mencionas de esa manera? ¿Acaso no puedes continuar satisfaciéndonos?
Sebastián queriendo no sentirse frustrado, respondió de inmediato. —No es que no pueda o no desee corresponderte en la intimidad, pero sinceramente creo que deberíamos de darnos un espacio, creo que esto me ha afectado demasiado en mis estudios y mis padres comienzan a sospechar que entre nosotros está pasando algo más que una simple amistad.
Preocupada y desesperada por la situación. Marlene provocó uno de los últimos intentos.
—Comprendo lo que mencionas, de igual manera me ha estado sucediendo con mis notas estudiantiles, pero es que no sé qué me ha pasado contigo que me he sentido muy desesperada por estar siempre entre tus piernas y sentirte dentro de mí, ha sido lo más inesperado que me ha sucedido, pero te ruego que lo intentemos unas cuantas veces más.
Sorprendido por la respuesta de Marlene, preguntó con una interrogante enorme en su rostro. —¿Qué lo intentemos unas cuantas veces más?
De que me estás hablando Marlene. —Me refiero a que nos entreguemos unas cuantas veces más y te dejo en paz.
Sebastián no logró comprender del todo esas palabras de Marlene, por lo que sintiendo y observando el deseo que saltaba del cuerpo de Marlene, accedió a más encuentros íntimos con ella.
Pasados unos días desde el último encuentro s****l entre ambos, se ausento de la residencia de Sebastián, lo que provocó intriga al respecto, no concebía la idea que Marlene desapareciera de la nada y si ningún previo aviso.
Las llamadas no las contestaba y las ocasiones en las que llegaba a su residencia a buscarla, no la encontraba, era un misterio para Sebastián, por lo que decidió no prestar atención en ese momento de la situación.
La madre de Sebastián anunciaba la llegada de una visita directa hacia su persona, exclamando desde la sala de la mansión. —¡Sebastián! hijo, tienes visita. —Sebastián descendió de inmediato, supo entonces que se trataba de Marlene.
—Pero ¿qué sucedió contigo Marlene? Me tenías con el pendiente y no respondías mis llamadas.
Marlene con los ojos llenos de lágrimas exclamó. —Lo siento, pero es una situación difícil y mis padres me han echado de casa por lo que estoy atravesando.
La madre de Sebastián preguntó con angustia y deseos de saber lo que ocurría en la vida de Marlene —¿Qué sucede? cuéntanos Hija.
Marlene tomo suficiente aire para dar la noticia que ¡Nadie esperaba! —Señora perdóneme en verdad, no fue mi intención provocar esto y Sebastián es testigo de esta verdad.
Asustado y casi desvaneciéndose sobre el sofá, pregunto Sebastián ante las palabras confusas y de terror de Marlene. —Me estas asustando Marlene, ¿Qué sucede?
—Sebastián, estoy embarazada de ti, tengo dos semanas de embarazo.