Stephen estaba tan furioso que sentía que aquella rabia no se extinguirá con nada, ella, su inocente y dulce Aura, se había largado con ese maldito al que odiaba tanto.
—¿Qué se fue con él? — cuestionó incrédulo Anthony.
Después de que esos tres salieran de la cafetería, Stephen había regresado solo y visiblemente molesto, no había mencionado ninguna palabra, después Emily salió de ahí llevándoselo consigo, y no era hasta ese momento, en el que estaban por comenzar el entrenamiento de la tarde que se veían.
—Eso fue lo que dije…— respondió Stephen fastidiado.
—Creo que debes dejar de darles importancia, era un riesgo y lo sabías — mencionó cansadamente Anthony.
—Aun así… esto no me gusta nada — mencionó Stephen mientras comenzaba a retirar su ropa, para colocarse la de en
