En busca del amor

Capítulo 2

La pequeña chica nueva ruda, profesora de ballet.

Eso es algo que realmente nunca hubiera imaginado. 

Comencé a reír entredientes llamando la atención de muchas niñas y de su flamante profesora.

La ruda al verme se sorprendió pero al ver que reía su cara se transformó.

—Lux, pasa y precalienta con las demás. Mientras yo hablaré o mejor dicho echaré a tu... Lo que sea —dijo dirigiéndose hacia mi.

Mi hermana nos da una mirada extrañada pero obedece rápidamente.

—Vaya, vaya... Esto tiene que ser broma —río sin poder ocultarlo.

—Te invito a que te retires de mi salón de ensayo y te lo pido de esta manera ya que no es un buen lugar para matar a tu amigo —dice sonriendo sarcásticamente.

—Bien —reí una vez más—. me encantaría observar tu clase, ya sabes.. precaución por mi hermana.

Su mirada en este momento definitivamente puede incendiar más de un desierto. 

—El chico malo viendo una clase de ballet, esa es buena.

Sonrío engreído sin poder evitarlo. La idea de saber que ya sabe quien soy realmente no me parece desagradable, todo lo contrario.

—Ya veo. Te han hablado de mi y de mi reputación, ¿verdad? —la observo, recostándome sobre la puerta de mi auto.

Ella rueda los ojos y se cruza de brazos, en clara señal de molestia.

—Digamos que no dejas mucho a la imaginación, ni tus amigos —hace una pausa y como ve que no planeo agregar nada, dice—. Bien, te sientas en esa esquina y si veo que interrumpes, te echo —se aleja sin esperar una respuesta, dejándome una buena vista de su cuerpo. 

En ese instante, aplaude llamando la atención de todos, incluyéndome.

—Bien pequeñas, como ya sabemos el fin de semana que viene tienen una audición para una beca en Francia. Es un placer para mi, poder contribuir en su rutina para la audición. Quiero que presten atención en el baile, si hay algo que no les gusta o que les parezca extremadamente difícil, me gustaría que me lo hagan saber —sin esperar respuesta, se gira y dice—. Jonas, música, por favor.

La melodía aún no había comenzado cuando ya, con la posición de su cuerpo recto, me había sorprendido.  Y al comenzar la música quedé aún más boca abierta; us formadas y delgadas piernas se movían con gracia; sus saltos y aterrizajes eran delicados y su pose final fue la de un verdadero ángel.

—Bien niñas, que les pareció? —todos aplaudieron, incluyéndome.

 Ella rió tímidamente con las manos en la cadera.

—Eso fue.. Wow —dijo una chica.

—Definitivamente vamos a utilizar esa rutina —dijo Lux

—Pues, me alegra que pienses eso Lux, ya que tengo un sólo perfecto para ti —dijo acercándose a mi hermana

—¿Es en serio? —dijo mi hermana con los ojos muy abiertos

—Bien, ahora... —aplaudió—. Se dividen en dos grupos.

Luego de casi 1 hora y 30 minutos la clase llegó a su fin y las chicas fueron de a poco dejando la sala. Me acerqué a mi hermana, agarré su bolso y cuando estabámos por cruzar la puerta aparece la chica ruda vestida como chica ruda, al fin y al cabo.

—Oye Lux, ¿crees que puedas venir el domingo eso cerca de las 7 para probar tu rutina? —dijo soltando su cabello, dejando sus ondas sobre su hombro.

—Em, a las 7.

—Genial, nos vemos entonces, pequeña —guiño un ojo a mi hermana y salió con su chaqueta de cuero en mano.

La veo marcharse pero antes decido llamar su atención por última vez.

—¿De mi no te despides?

— Aunque amo la idea de decirte adiós, no desperdiciaré mi tiempo en ti —sonríe victoriosa.

—Ya lo has hecho, lindura —le guiño un ojo. 

Salimos del edificio justo a tiempo para ver el show de la chica ruda al montarse en su moto y ponerse su casco.

—¿Estás bien? —preguntó dudosa entrando al auto.

—Si, ¿por qué no? —dije, encendiendo el motor.

—No lo sé, te has quedado de piedra viendo a Mía.

Giro por unos segundos a verla desconcertado.

— ¿Mía?

—Mia, mi profesora de ballet —responde desinteresadamente—. Por cierto, ¿ de donde la conoces?

Así que Mia es el nombre de la dichosa. Por alguna extraña razón, sonrío.

—Digamos que no tuve un buen comienzo con ella —respondí divertido.

Esto se va a volver realmente interesante.

Mía`s POV

—Lo juro, es insoportable —cuento hacia la pantalla donde puedo observar a mis dos amigas, Olivia y Carly.

—Pero es muy lindo —aporta Olivia.

Diaj,

—¿Lindo dices? Es todo un bombón de chocolate —exclama, Carly.

—Como digan —respondo girando los ojos, esta conversación es realmente absurda—. ¿Esta o esta? —pregunto levantando dos outfits de noche.

—¿A dónde iremos?—pregunta Carly.

—Hoy es viernes, los viernas hay carreras —dice Olive—. Toda la universidad va a asistir.

—Incluyendo a tu bomboncito —ríe Carly, echándome una mirada picara. 

—Realmente no tiene sentido lo que dicen. Y bien, ¿cuál eligen?

Hacen una larga pausa analizando los conjuntos.

—Short rasgado corto, top de cuero y tacones cerrados negros —decide Oli.

Le doy otro vistazo al atuendo, analizando la elección.

—No olvides de cambiarte el piercing, ponte el que tiene tu inicial colgando —exclama Carly—. Iré a cambiarme, nos vemos en 30.

—Yo también debo irme —informa Olivia. 

Me despido y procedo a bañarme, cambiarme y maquillarme. Una vez lista me enfundo en mi chaqueta de cuero negra, tomo las llaves de la moto y salgo de casa.

Al llegar a la ubicación, trato de localizar a las chicas hasta que las veo. Manejo directamente hasta donde están, estaciono y bajo. Las saludo con un simple asentimiento de cabeza, sonriente, y me recuesto en mi moto. 

De pronto siento una mirada quemar mi espalda, disimuladamente busco y busco hasta que encuentro unos ojos extremadamente negros. Estos ojos negros se encontraban inspeccionándome de pie a cabeza hasta que llegan a mis ojos se encuentran. 

Es entonces cuando siento una corriente eléctrica correr por mi cuerpo pero me digo que es el frío de la noche.

La voz del presentador de las apuestas interrumpe el silencioso juego de miradas que llevábamos a cabo. Me levanto lentamente y camino hasta donde se encuentra este. 

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