CAPÍTULO SEIS Nerra caminó por el bosque sola, deslizándose entre los árboles, disfrutando de sentir el calor del sol en su rostro. Se imaginó que, para entonces, todos en el castillo ya se habrían dado cuenta de que se había escabullido, pero también sospechó que no les importaría tanto. Solo complicaría las preparaciones para la boda si estuviese allí. Ella encajaba aquí entre lo salvaje. Entrelazó flores en su cabello oscuro dejando que formaran parte de sus trenzas. Se quitó las botas, las ató y las colgó sobre su hombro para poder sentir la tierra bajo sus pies. Su complexión delgada zigzagueaba entre los árboles casi como una voluta con su vestido de colores otoñales. Por supuesto, era de manga larga. Su madre le había machacado esa necesidad hacía mucho tiempo. Su familia podía s