La mujer jamás había visto un comedor, tan amplio, limpio, iluminado y sobretodo elegante.
"Ven Gothel, vayamos a lavarnos las manos!"
Indican las chicas quienes entran a una pequeña habitación contigua al comedor, el cual resulta ser un precioso baño, mientras se lava las manos no puede evitar el pulido piso y los finos acabados de las paredes, el excusado y el lavamanos, todo parece brillar como el oro.
El sonido de una campanita llama la atención de la mujer quien deja de admirar el baño y sale para colocarse al final de la fila que hacen las chicas.
"Buenos días queridas mías."
Saluda con fría amabilidad Pastor quien es el primero en entrar al comedor, incluso vistiendo pijama azul el hombre tiene cierta elegancia innata, le sigue Bishop quien viste ropa deportiva de color azul oscuro con detalles dorados, cuando toman asiento llaman una por una a las princesas para que tomen asiento, Aurora es la primera.
"Oh es cierto, debemos añadir una silla más a la mesa."
Comenta Pastor quien de nuevo se había olvidado de la mujer que ahora ve al final de la fila.
"Guardia número uno, traiga una silla del almacén, los demás guardias pueden tomar asiento."
Ordena Pastor, el corpulento, alto y malencarado hombre vestido con ropa oscura asiente antes de retirarse por el encargo, los demás hombres vestidos con igual atuendo toman asiento en sus lugares.
La mujer espera de pie, las princesas la observan, algunas con lástima, otras con algo de miedo o asco y Aurora la observa con total disgusto y odio, el guardia no tarda en regresar y deja la silla lo más alejada de todos, la mujer agradece antes de tomar asiento.
"Bien, ahora que estamos reunidos esta mañana debemos hablar de un asunto urgente."
Bishop pone los ojos en blanco porque sabía Pastor querría hablar de ese asunto tan pronto estuvieran sentados a la mesa, las princesas miran en silencio al hombre mientras la mujer no puede dejar de admirar el gran candelabro iluminado que cuelga de lo mas alto del techo el cual es bastante alto.
Además, la mesa es de madera resplandeciente, no de metal o plástico desgastado como las que conocía ella y las sillas, por dios!
Es la silla afelpada más elegante, hermosa y cómoda en la que ella nunca antes se sentó!
El piso de madera también brilla debajo de sus pies, las cortinas color bermellon parecen estar hechas de tela suave, además los adornos y pinturas que decoran el lugar parecen costosos, a la mujer le parece que asi seria el gran comedor de un noble aristocrático del pasado.
"Hoy, antes de retirarme a mis aposentos a descansar despues de una jornada agotadora de trabajo me ví en la penosa tarea de ayudar a la nueva ayudante general del castillo..."
Pastor señala a la mujer, todos la mira, ella se queda quieta en su lugar, asustada debido a la atencion centrada en ella.
"A sacar de la última habitación del pasillo decenas de cajas de regalo sin abrir, que supongo fueron obsequios de sus señorias..."
El tono de voz de Pastor se hace mas grave, alto y amenazador.
"Lo que no entiendo es porque carajos terminaron dentro de esa habitación o porque no supe de esos regalos?"
Todos, incluidos los guardias corpulentos brincan en sus asientos después de escuchar el fuerte ruido que hicieron las manos de Pastor golpeando la mesa de madera.
"Pero hay algo más..."
Pastor se levanta de su asiento y camina despacio hasta llegar detrás de la silla dorada donde se encuentra sentada Aurora quien no parece atemorizada en absoluto, incluso le sostiene la mirada al enojado hombre.
"Dime querida, estás detras de todo esto?"
Cuestiona el hombre, la chica se mantiene en silencio y sigue retando con la mirada a Pastor.
"Ella no..."
Trata de intervenir Bishop pero una sola mirada de Pastor disuade al chico de seguir hablando.
"Aurora querida, creo que una vez olvidas quien es el jefe aquí."
Comenta con voz exagerada el hombre, la chica sonríe y aparta la mirada del hombre.
"Tu mandas, pero esos regalos eran para nosotras, tenemos el derecho de usarlos, esconderlos o tirarlos a la basura."
Asegura la chica antes de continuar hablando.
"Además, esa habitación siempre estuvo desocupada, la anterior esclava vivía en un cuarto del salón de belleza de Melody, no veo porque hay que hacer un gran escandalo por eso."
La chica mencionada llega en ese momento al comedor junto con el chef y su ayudante de cocina, los tres se detienen al ver que algo esta sucediendo esa mañana.
"Por si fuera poco no estas viendo la gran oportunidad de negocio que tienes frente a ti."
Responde la chica mirando a Pastor.
"Ah si?"
"Cual es ese negocio querida mía?"
Inquiere Pastor curioso mientras coloca los codos sobre la mesa y su expresion cambia.
"Vender las cosas que los clientes nos regalaron."
"Me imagino que lo que todo lo que hay dentro de esas cajas debe ser costoso, podrías venderlo y ganar dinero con los regalos."
Todos miran a Pastor despues de escuchar lo que propuso la bella chica.
"A veces me sorprendes querida mía!"
Todos se relajan al ver que una sonrisa aparece en la boca de Pastor, el chef, su ayudante y Melody por fin caminan para acercarse a la mesa y hacer una pequeña reverencia antes de dar los buenos dias a todos pero entonces, el chef y su ayudante femenina notan algo horripilante sentado a la mesa, en el último lugar.
"Que carajos es eso?"
Cuestiona con morbo el chico atletico y bien parecido, su ayudante abre los ojos pues no puede creer lo que ve en este instante.
"Quien me está jugando una broma?"
Inquiere de nuevo el hombre quien mira con repulsion a la mujer sentada en la silla, la pobre se siente tan mal que baja la cabeza apenada.
"Aun no es temporada de halloween para hacer esta clase de bromitas, quien fue la responsable de esta atrocidad?"
El chef ataviado con una bata blanca, pantalon con un patron de rombos negros y blancos, zapatos negros especiales y lentes se acerca a la mujer con rapidez, cuando esta a su lado la mira fijamente antes de exclamar.
"Demonios!"
"Esta fea muñeca de plástico es tan parecida a cualquier serie de zombies!"
Tocando con su cuchara de acero el hombro de la mujer, el chef nota lo real que parece el adorno de halloween.
"Mira eso ayudante, hasta parece que respira y parpadea!"
Exclama el chef, ni Pastor, ni Bishop ni nadie interviene hasta que la misma mujer lo hace.
"Auch."
Se queja ella en voz alta y frota su hombro cuando ya no soporta el dolor de los golpes de la metalica cuchara del chef.
"Y HABLA!"
"ESTO ES INCREIBLE!"
Grita el hombre debido al susto que le provoco ver que esos marchitos labios se movieron de repente.
"Es suficiente chef, ella no es una muñeca zombie ni un horripilante adorno de halloween."
Asevera Pastor.
"Ella es la nueva ayudante de las princesas, se llama Madre Gofe, ahora que la conoces sirve el almuerzo de inmediato, ya perdimos demasiado tiempo y muero de hambre."
"Ya quiero ver cuanto ganaré con la venta de lo que le han regalado a las princesas, así que date prisa."
Sin poder seguir molestando a la mujer y aún no creyendo que se trate de algun humano real, el chef se dedica con esmero y rapidez a servir el almuerzo a todos, comenzando con Pastor, Bishop, Melody y Aurora.
Despues las princesas y los guardias, pero cuando esta por llegar a la mujer se detiene a una distancia prudente.
"Estás seguro que esa cosa es un ser humano y esta vivo?"
"No es un cadáver viviente?"
Cuestiona el chef quien se rehusa a servirle de comer a ella, Pastor le da una mirada decisiva por lo que suspira resignado.
"Sirvele ayudante, me niego a atender a semejante horror viviente."
Ordena el hombre, la mujer de mediana edad obedece y le sirve una generosa porción de sopa de verduras, pescado a la plancha con verduras cocidas, puré de papa, agua de frutas, pan tostado y un pequeño plato lleno de moras, zarzamoras y fresas.
"Buen provecho."
Comenta la mujer con una sonrisa pequeña pues tambien sabe lo que es pasar hambre y sed.
"Gracias."
Agradece la mujer provocando que una nueva expresión de repulsión y reprobación aparezca en la cara de Aurora y el chef pero ella no pone atencion porque no puede creer que toda esa comida, que se ve de la mas alta calidad y que esta primorosamente colocada en el plato ademas de que huele tan suculento...
Sea para ella!
Observando que los demás comen, la mujer toma sus cubiertos los cuales son pesados y brillan como la plata y se dispone a omer, cuando da el primer bocado cierra los ojos pues jamas había probado algo tan delicioso en toda su vida!
***By Liliana Situ***
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