Desafortunadamente para ella su estómago se ha acostumbrado a comer demasiado bien y a cierta hora por lo que no tiene mas remedio que levantarse trabajosamente de la cama para dirigirse al comedor.
Cerrando la puerta de su habitación con mucho cuidado para hacer el menor ruido posible la mujer se alegra al ver que el pasillo está vacío, por lo que agarrando con su mano su costado para soportar el dolor ella camina despacio.
Cuando se cansa apoya su mano contra la pared y trata de respirar para aguantar el trayecto que le falta, una sonrisa pequeña se dibuja en sus labios delgados y resecos cuando llega antes que nadie al comedor para esperar el almuerzo.
Pero entonces victoria una voz femenina a sus espaldas provoca que su corazón se llene de miedo y lata descontroladamente porque cree que se trata de la cruel princesa Aurora.
"Ofe, espera, tengo que darte algo."
La amable voz de la dulce princesa Jazmin la tranquiliza por lo que después de saludarse la hermosa chica le entrega un el frasco de pastillas.
"Ayer me di cuenta de que algo te molestaba o dolia, no pude dartelo por la noche porque en cuanto llegue a mi habitación me dormí profundamente, espero te ayude con el dolor que sientes."
Un pequeño y calido de esperanza calienta el alma y corazón de la mujer quien por un breve instante se siente apreciada.
Aunque el tierno momento dura poco porque detrás de Jazmín se escucha que se acercan las demas princesas riendo y bromeando, pero todas guardan silencio en cuanto aparecen Pastor y Bishop.
Apretando el pequeño frasco blanco del medicamento en su mano para esconderlo, la adolorida y encorvada mujer espera en silencio y con la cabeza agachada a que la llamen para ocupar su lugar a la mesa.
Cuando por fin toma asiento ella suspira aliviada porque ya no podia aguantar estar de pie por más tiempo.
El chef junto con su ayudante sirven el almuerzo, la mujer agradece mirando las delicias en su plato que despiden un suculento aroma, Pastor permite da su permiso para que puedan comer.
"Ayer fue una buena noche, pero hoy tenemos pocos citas."
Pastor interrumpe el silencioso almuerzo para hacer su anuncio.
"Aurora, Jazmin, Rapunzel y Merida, ustedes se prepararán para atender a sus clientes, el chef ha pedido que tres princesas le ayuden en la cocina asi que Elsa, Ana y Tiana ayudarán después que terminen su rutina de ejercicios."
Pastor ordena, las cuatro chicas asienten mirando al hombre mientras Aurora lo ignora pues sigue comiendo tranquilamente.
"Las restantes princesas se dedicarán a limpiar su habitación y se no saldrán hasta la cena, está claro?"
Las princesas asienten en silencio.
"Bishop se encargará de preparar los requerimientos de sus señorías y ayudar a mis princesas."
"Madre, usted junto con el jardinero se encargarán de realizar una limpieza a fondo del castillo."
La mujer asiente timidamente, cuando termina agradece la comida, se levanta y camina despacio hacia el castillo para cumplir su tarea pero entonces Bishop la alcanza.
"Madre déjeme enseñarle donde se encuentran los articulos de limpieza de la casa."
Indica el chico quien la conduce hasta un armario escondido debajo de la escalera principal el cual está lleno de escobas, paños de limpieza para el piso y otras superficies además que en el piso se observan una gran variedad de botellas de liquidos de limpieza.
"El jardinero le indicara que debe usar."
Sin más Bishop camina de vuelta al comedor ya que debe seguir discutiendo un asunto importante con Pastor, justo en ese momento el delgado hombre que parece tener más de cincuenta años aparece en la puerta principal de la casa principal.
"Buenos dias señor."
Saluda la mujer con voz baja al hombre.
"Buenos dias Ofelia, será mejor comenzar de inmediato para que podamos acabar rapido y vayamos a nuestros cuartos a descansar."
Indica el hombre quien como siempre viste jeans y playera de dura mezclilla azul junto con grandes oscuras botas de plastico que le llegan abajo de la rodilla, su lustroso y corto cabello cano esta peinado impecablemente hacia atras por lo que las arrugas de su cara se aprecian.
"De acuerdo."
Concuerda la mujer con el jardinero ya que lo que mas quiere ahora es irse a recostar a su cama y llorar su lamentable situacion.
"Toma esta botella de agua, la necesitarás."
El hombre le entrega una botella de medio litro de agua para beber la cual agradece la mujer porque durante el almuerzo no pudo tomar una pastilla para aliviar un poco su dolor, por lo que ahora, sin nadie alrededor que pueda intimidarla o interrogarla abre el pequeño frasco de plástico, toma una pastilla y con ayuda del agua la traga.
"Solo una, yo tomo como veinte pastillas para mis achaques matutinos."
Comenta en tono de burla el jardinero quien termina de sacar dos escobas, paños y dos tipos de limpiadores liquidos.
"Toma, esto te dará un subidón de energía, yo no puedo trabajar sin haberla tomado."
El hombre le entrega una pequeña pastilla lisa de color morado, dudando si tomarla o no la mujer agradece antes de tragarla pues si por alguna razon las dos pastillas llegan a causarle un repentino ataque al corazón, nadie se preocuparia por ella y por fin podria morir en paz.
Tras repartirse las tareas, la mujer de pronto nota que su dolor desaparece y se siente más rápida, más fuerte y más activa que nunca.
La mujer siente que de alguna forma ha rejuvenecido un par de años.
Mientras recoge la basura del suelo la mujer termina su botella de agua de pronto escucha las risas de tres princesas que suben a sus habitaciones.
Sonriendo porque no deberá tratar con ninguna de ellas este día, la mujer se coloca los largos guantes amarillos de plástico para empezar a lavar el baño que sus señorías usan mientras esperan en el bar para ser atendidos por las princesas.
La pobre mujer casi vomita del asco porque después de abrir la puerta un penetrante olor a orina golpeó violentamente sus fosas nasales por lo que aguantando la respiración el mayor tiempo posible ella coloca el espeso cloro en gel dentro de la taza para dejar que se purifique un poco el ambiente.
Al notar que el olor ha disminuido la mujer entra y lava el baño a conciencia, en cierto punto le lloran los ojos debido al intenso olor a cloro pero se siente feliz ya que ha terminado su labor dejando impecable el lugar.
Como ya no tiene mas quehacer la mujer reúne las cosas que usó y las guarda en su lugar, se despide del jardinero y sube a su habitacion para descansar el rato de la tarde.
Sin embargo no esperaba que una princesa saliera de su habitación y la empujara dentro de su habitación.
"Pero que sucede?"
Cuestiona molesta la mujer pues no quiere tratar hoy con ninguna de esas irritantes chicas.
"Guarda esto, se que Pastor no entrará a buscar en tu habitación, pero si lo hará en la de nosotras."
La linda chica de largo y brillante cabello castaño claro, ojos avellana y piel blanca le entrega un abultado sobre blanco doblado por la mitad, la mujer quiere negarse pero asi tan repentinamente como la princesa entró, ahora sale.
Mirando el sobre en sus manos la mujer lo arruga antes de guardarlo detras de las docenas de cajas nuevas de maquillaje y articulos de cuidado personal que fueron no quisieron las princesas.
Sin darle más importancia a lo acontecido la mujer se quita su ropa salpicada con un poco de cloro para dejarla en la ropa sucia y se coloca pijama.
Apartando las frazadas de su cama la mujer por fin se recuesta a dormir.
Entonces repentinos toquidos en su puerta la despiertan, cuando se durmió no lo sabe, lo unico que recuerda es que cerró los ojos para imaginar que se marchaba a trabajar y vivir a un lugar mejor.
"Ya voy."
Susurra de forma somnolienta la mujer quien frota con sus dedos sus ojos para abrirlos, bostezando ella abre la puerta para encontrarse frente a ella a un elegante y perfumado Pastor.
"Veo que aprovecha de forma productiva su descanso, madre."
Comenta el hombre al verla, ella se apena por lo que corre al baño para colocarse su bata de baño encima, mientras la cierra regresa encuentra a Pastor revisando las cosas de su tocador sin tocarlas.
"Sucede algo malo?"
"Necesita que le ayude en algo?"
Cuestiona preocupada la mujer, Pastor niega.
"No, solo estoy haciendo mi inspeccion de rutina, no pasa nada."
El hombre revisa tanto la habitación como el baño, como no encuentra nada que llame su atención se retira no sin antes decirle que vaya al comedor para que pueda cenar, lo cual pone muy feliz a la mujer quien se apresura a salir.
Y es entonces cuando la asustan tres princesas que entran de improviso a su habitación.
***By Liliana Situ***
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