Oriana Valladares Siento como su lengua invade mis agujeros, y muero de vergüenza, es la primera vez que experimento esa sensación y estoy desesperada, mi cuerpo se mueve como si estuviera siendo invadido por una corriente eléctrica, y vibro de placer. —Oh, Math… siento que… que me voy —mi voz se quiebra, atrapada en una mezcla de vergüenza y placer puro. Es como si toda mi pelvis estuviera a punto de explotar, como si estuviera rozando el cielo. —¿Quieres correrte? —su voz es un susurro grave que me envuelve. —¿Qué? —jadeo, sin aire, —Hazlo para mí. Suéltate, déjate ir, libérate —Pero…—jadeo avergonzada—estas ahí abajo y no creo que sea conveniente que me explote en tu boca, siento como —él hace unos extraños movimientos frotando mi clítoris, y yo no lo puedo resistir —Math, lo si