Del baño salí ya más tranquila al haber ocultado ese moretón, vi a los tres se estaban riendo, llegue hasta ellos, pero pasándoles de largo y mencione —Me voy, dijeron que íbamos a desayunar y están aquí chismorreando El narco se acercó a mí lo más rápido que pudo y me pidió sonriente como si fuese una travesura —Lucy, ehm, ¿puedo abrazarte? Es que quiero que todos me vean que somos novios, aquí en la hacienda no lo saben y yo, pues, quiero presumirte, además que... ¡Quiero decírselos a todos! Me quedé sin moverme de repente, eso hizo que Sarmiento me observara a los ojos y preguntara —¿Q... qué pasa? Puse mis manos en la cintura a manera de jarra y Gerardo comenzó a carcajearse diciendo burlón —Ahora si te toco el once Antonio, jajaja, se enojó tu novia, ajajajaja El narco me miro