Miro la puerta de emergencia y aún no sale nadie. Lissa junto a Cristal, el esposo de esta y Marcelo están aquí conmigo dándome apoyo y no puedo estar más que agradecida. Aunque mi estúpido y dolorido corazón solo quiere a una sola persona a su lado. —Te traje un poco de té—dice Lissa sentándose a mi lado. Niego y suspira resignada —¿Qué hace este Hijo de puta aquí? —dice furioso Marcelo y no puedo evitar que mi corazón se acelere al ver a Enzo junto a Conte caminando lentamente hasta donde estamos esperando noticias de mi padre —Le dije a Conte que no era apropiado que se acercaran—miro a Lissa y veo que está molesta —Si Marcelo no te da una paliza, te la voy a dar yo—gansa Dominic acercándose peligrosamente a Enzo que está parado a un par de metros de mí. Lo sé porque puedo sentir su