Viejas Costumbres.

578 Words
Ángelo salió primero de la habitación me quede un rato más terminándome de vestir, ya lista salgo de la habitación decido pasar a buscar Antonio, estoy frente a su puerta, no toco y paso sin avisar, creó que fue mala idea, porqué tengo mi boca una perfecta o y mis ojos están como platos al verlos ¡Ay, Dios!, tenía que tocar. -Fani. - Dice Antonio sentado en la orilla de la cama desnudo y con Paola la hermana menor de Ángelo igual que él a ahorcajada encima él. -Estefanía. - Dice Paola sorprendida al verme, agarra una de las sábanas de la cama para taparse. -No sabía que estabas ocupado Antonio. - Digo con mi voz entrecortada por la sorpresa, Antonio se ríe a carcajadas y Paola le da un golpe en el brazo. -Ya vez que sí, no se te quita la costumbre en querer verme en esta situación. - Se mofa de mí, nunca me he limitado en entrar a su habitación sin tocar o en donde quiera que esté, ya que siempre está teniendo sexo con cualquier palo con falda que se le atraviese. -Sí viejas costumbres. - Digo ya saliendo de mi asombro, es Antonio joder, él siempre está teniendo sexo con cualquiera, pero con Paola. -Estefanía, no le digas nada a los chicos. - Me dice Paola ya preocupada, Antonio y yo nos reímos a carcajadas. -Tranquila pequeña, mi hermanita es peor que una tumba. - Dice Antonio sarcástico. -Yo me voy, para que terminen lo que estaban haciendo. - Digo entre risas me encamino al comedor. -Ays mi niña que susto lo de esta tarde. - Me dice Carmencita tomando de su vino. -Sí. - Es lo único que le digo metiendo un bocado de mi comida, estamos todos en la cena, mi abuela, él señor Aurelio, Aurora y Helena están hablando de la visita que hicieron a la fundación D'Altrui, Ágata está hablando con Priscilla la hermana de Ángelo, no sé de qué, porqué están conversando en italiano, Paty, Francesco y Ángelo están callados como el resto de los demás en la mesa, veo cada dos segundo a Ángelo de reojo, no puedo dejar de verlo, aunque no deba hacerlo. - Fani tenemos qué hablar - Dice entre dientes, para que nadie más lo escuche, agarrando mi mano que estaba encima de la mesa, es una mentira que nadie se dé cuenta, porqué Ángelo y Francesco están atentos a cada movimiento que hagamos. -Sí, perdóname por lo de esta tarde. - Digo muy bajito, agachado mi cabeza, puse a todos en peligro. -Fani sabes que no fue culpa tuya. - Dice consolándome. -Tú más que nadie sabes que sí y necesito hablar con él. - Mí móvil empieza a sonar, le quito mi mano y lo saco de mi bolsillo de mis vaqueros, sé que es Lanffont, veo Antonio y su cara empieza a cambiar, está cabreado y no lo demuestra. - ¿No piensas contestar? - Me gruñe Carmencita. -No. - Digo cortando la llamada, bajo el volumen para que solo vibre, subo mi cabeza y veo que Paola, Ángelo y Francesco me fulminan con la mirada, vuelvo a mirar mi móvil y ya llevo tres llamadas perdidas. -Te juro que lo matare. - Me dice Antonio muy bajito, mi móvil vibra de nuevo y está vez es un mensaje de texto. Lindura es mejor que contestes, ya sabes que mí paciencia no es mi virtud. Lanffont... L. R.
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