LUCIANO Pasado Abril de 2009 Mi padre hizo pasar a los invitados hacia el comedor, solo que no contaba con el gran detalle de que mi abuelo Maurizio estaría sentado en la cabecera, tomándose el whisky más valioso de su colección. Matteo se contuvo, no dejó de lado la sonrisa impostada, invitó a sentarse a los Russo, luego él tomó la otra silla en la cabecera, y, por consiguiente, sus hijos nos sentamos al costado. Fui sabio de sentarme a la derecha de mi abuelo. No me quería casar. —Querido Fabio, ya conoces a mis hijos mayores y a mi suegro —dijo Matteo en un tono adusto—. Te presento a mi hijo menor, Enzo, tiene dieciséis años, va en el colegio Magno, en décimo grado y es un excelente atleta. —Es un placer conocer a la descendencia masculina de los Basciano —respondió el viej