LUCIANO
Pasado
Abril de 2009
Días después de enterrar a nuestra madre en la cripta familiar, fuimos con el abuelo a visitarla. Estábamos sentados sobre unas mantas que Giulia acomodó para que pudiésemos hacer un picnic, algo que nos sorprendió porque ella se notaba por completo turbada, tanto como para que el médico le recetase unos tranquilizantes. Ante eso, Adriano tuvo la brillante idea de que una temporada encerrada en una casa de reposo mental le haría bien para superar el trauma y Enzo casi le saca los dientes.
Fue mi abuelo el que calmó las aguas y tuvo una reunión privada con mi padre y mi hermano mayor. Por eso me di cuenta de lo que sea que nos diría el abuelo no sería algo simple.
—Ahora no tienen a su madre y tienen que ser fuertes juntos, más que nunca, por lo menos ha
