—¿Lo conoce usted bien? —Sólo he estado aquí dos años. Los residentes me considerarían recién llegado. Vinimos poco después de que lo hiciera sir Charles, pero mis aficiones me han llevado a explorar todas las zonas del campo que nos rodea y creo que habrá pocos hombres que lo conozcan mejor que yo. —¿Es tan difícil de conocer? —Muy difícil. Vea usted, por ejemplo, esa gran llanura que se extiende al norte, con aquellas curiosas colinas que surgen de ella. ¿Ve algo especial allí? —Sería un peregrino lugar para una galopada. —Es natural que lo crea así, y esa idea ha costado vidas a ciertas personas. ¿Ve usted aquellos puntos de color verde claro, tan espesamente difundidos por el lugar? —Sí; parecen más fértiles que el resto. —Ese lugar es la ciénaga de Grimpen —dijo Stapleton, echá