5. Tres cabos sueltos

3536 Words

5. Tres cabos sueltos Sherlock Holmes poseía una gran capacidad para apartar de su mente cualquier cuestión siempre que quería. Durante dos horas pareció haber olvidado el extraño asunto que teníamos entre manos y estuvo completamente absorto en las obras de los modernos maestros belgas. Desde que salimos de la galería hasta que llegamos al Hotel Northumberland, no habló más que de arte, acerca del cual tenía unas ideas sumamente personales. —Sir Henry Baskerville los espera arriba —nos informó el recepcionista—. Me pidió que les dijera que subiesen tan pronto como llegasen. —¿Le importaría si miro el registro? —dijo Holmes. —No, en absoluto. En el libro se habían incluido los nombres de dos clientes después del de Baskerville; uno era Theophilus Johnson y familia, de Newcastle [30] ;

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