Al día siguiente, pudieron ir al entierro, luego volvieron a casa.
Larry se quedaría a vivir junto a ellos, Carlota lo iba a tomar a su cuidado, ya le comenzaba a tener mucho cariño, Larry, cuya madre, una prostituta, había muerto cuando tenía cinco años, estaba feliz, había perdido a su padre, pero a pesar de todo, había ganado a una gran familia, una nueva madre, y dos hermanos que ya consideraba.
Leonel observó al niño viendo caricaturas, se sentó a su lado y tocó su pelo, era demasiado pequeño para sentir cualquier envidia o coraje, Larry lo miró con dulzura
—Hermano, volviste del trabajo, ¡Savannah me ha preparado un postre delicioso! Dijo que también te gustaría.
Él sonrió
—Sí, bien, ¿Cómo te sientes?
—Me siento bien, extraño a papá, pero, Savannah dice que papá está en un luga
