«Él la perseguía, Savannah corría por la playa de Malvarrosa, su risa era como una melodía que le daba paz, estaba por atardecer, creyó que la alcanzaría, era solo un juego, en su mente estaba convencido de que la abrazaría a su pecho, y besaría esos labios que siempre fueron tan suyos, pero no fue así, de pronto el cielo se volvió n***o, un viento sopló, y ella ya no estaba, miró a todos lados, pero no estaba —¡Savannah! —exclamó con fuerzas» —¡Savannah! —gritó Leonel cubierto de sudor, Larry llegó ahí y lo miró —Hermano, ¿Estás bien? —¿Dónde está Savannah? —exclamó —Ella no volvió —dijo Larry con voz triste Leonel sintió que dolía su pecho, miró al otro lado de la cama todo estaba vacío, salió y solo vio a su madre y Edelmiro sentados en la sala, volvió a la habitación y se bañó de