LIZZY, UNA CHICA PROBLEMATICA

LIZZY Si alguna de ustedes tuvo la oportunidad de conocer la loca historia de la muy disfuncional y peculiar Familia Black, seguro recordará aquel verano en que volví a casa durante mi último semestre de universidad y en el que al fin pude vengarme de mis calenturientos padres por todos los años de tortura a los que me sometieron, con sus besuqueos desmedidos y manoseos sin control frente a mis inocentes ojos. ¿No? Entonces tampoco tienen ni idea lo que pasó esa misma noche, pero tranquilas, voy a contarles la historia desde el principio. Aquellos fueron días jodidamente difíciles, porque tuve que terminar de manera abrupta con la imagen de niña buena y perfecta que tenía mi familia de mi persona en tan solo unos minutos, años de esfuerzo y dedicación siendo un modelo a seguir para los demás se fueron al caño por un error de un noche; puedo culpar al alcohol, el porro que me fumé, los consejos ridículos de mis amigas o la suma total de la terribles decisiones que tomé aquella noche; tal vez fueron mis ganas reprimidas de revelarme desde los 12 años, e incluso puedo culpar los ojos verdes brillantes del musiquillo muerto de hambre con dientes perfectos que me susurro al oído una sarta de palabras melosas, con esa voz grave y sexy que encendió cada terminación nerviosa en mi cuerpo aquella noche. «—¿No te cansas de portarte bien?, Ven conmigo al lado oscuro Jane Foster…» La cosa es que, luego de esa noche loca, la perfecta vida planeada por mis padres desde antes de mi nacimiento se fue a la mierda, ante los ojos de todos, hice la cagada más monumental que una chica en medio de sus veintes y con un futuro prometedor podría hacer. Déjame ponerte en contexto, Mi nombre es Elizabeth Bridget Black, sí, es un nombre ridículo, pero culpen al amor de mamá por los libros de Jane Austen y Helen Fielding. Madison Reed conoció a Christopher Black cuando su novio de toda la vida la abandonó por otra y se casó con la susodicha por conveniencia, entonces, la pobre y muy despechada mujer hizo lo que muchas hubieran hecho en su lugar; fue y se emborrachó para matar las penas y ¡bum! Todo resultó en un encuentro fortuito con la mismísima encarnación del dios del trueno en la barra de un bar; no es porque sea mi padre, pero el tipo nació genéticamente privilegiado, alto, guapo, fornido, rubio, de ojos claros; mamá no tuvo defensa ante la visión de aquella criatura casi perfecta — Según sus palabras, no las mías— ella dice que fue como si un meteoro atravesara su pecho de un golpe, la pobre mujer estaba indefensa ante la flecha que decidió lanzarle el muy travieso Eros y terminó en la cama del hombre esa misma noche; hombre quien irónicamente resultó ser el primo de su ex... dulce y perfecto karma. Desde entonces no volvieron a separarse, lucharon por su amor y vivieron felices para siempre. Bueno, tuvieron sus momentos de dolor y angustia, pero al final todo terminó bien, miles de discusiones, malos entendidos, parrilladas familiares, un balazo en el brazo, tres hijos revoltosos y aún siguen juntos, enamorados y felices incluso después de casi tres décadas. ¿Qué te puedo decir?, amor verdadero que llaman. —Un día te enamoraras y perderás la razón a tal punto que serás capaz de quemar el mundo por permanecer junto al hombre que amas. — no podía evitar reírme a carcajadas de las barbaridades que decía mi tía Emma, porque sólo tenía 9 años y en lo único que pensaba era en comer oreos y gomitas de osito, los hombres no eran algo que en lo que pensara en aquella época. —Emm, no le digas esas cosas a mi hija. — refunfuñaba mi madre, pero algo aprendí a temprana edad, la mujer sí que sabía cosas, solo imaginate que, fue ella quien le robó el novio a mi madre y luego logró que se convirtiera en su mejor amiga, tiene un extraño encanto que hace que las personas la amen. — No le hagas caso a tu tía, le faltó oxígeno en el cerebro cuando nació. —Sabes que tengo razón. Amaba verlas cuando estaban juntas discutiendo por tonterías, tenía una familia peculiar, pero todos y cada uno de ellos eran perfectos. Aquellos fueron buenos tiempos, y aunque mi madre siempre ha sido una mujer fuerte, valiente, trabajadora, divertida y dulce, también tuvimos nuestras diferencias, la mujer podía ser un dolor de cabeza cuando quería, pero a pesar de tener pensamientos distintos, desde siempre supe que podía contar con ella para cualquier cosa, sin condiciones. Mi padre por el contrario puedo decir que era bastante — demasiado — peculiar y chapado a la antigua, estuvo en el ejercito por un buen tiempo, supongo que nació con cierta necesidad retorcida de proteger a los demás.— nuevamente, demasiado — diría yo, sin mencionar ciertas tendencias cavernícolas y creencias a cerca de la vida que no compartimos, como por ejemplo; que no se me permitía tener novio, besar hombres, tener relaciones Sx, casarme o cualquier interacción con el sex0 masculino hasta después que el muriera; pensándolo bien, nunca podría hacer nada mientras el existiera y el hombre viviría toda la eternidad con tal de que nadie se acercara a mí. Pero a pesar de sus locuras mis padres siempre fueron tan buenos, comprensivos y amorosos que desde siempre sentí la necesidad de agradarlos y portarme de manera correcta y eso hice, hasta esa noche en la que mi vida tomaría un rumbo para el que no estaba preparada, no sabía bien qué hacer con mi futuro, pero de algo estaba segura, ser una madre soltera no estaba en mis planes. No imaginan el miedo que sentí cuando vi la prueba de embarazo con el signo +, o cuando tuve que ponerme los pantalones de niña grande y llamar a mi madre para confesarle lo que estaba sucediendo y que toda la situación me sobrepasaba y no sabía que hacer, ella guardó silencio al principio, supongo que por la sorpresa, pero luego solo dijo: —vuelve a casa, sabes que no estás sola. Miraba a mis primos jugar en la piscina esa tarde cuando volví, se hacían bromas entre ellos y reían inocentemente ignorando que me estaba desmoronando por dentro; mi madre hablaba tranquilamente con mis tías y mi padre estaba tan feliz a cargo de la reunión familiar, que no podía soportarlo, necesitaba estar sola, así que simplemente no pude disfrutar del momento sin sentirme culpable. Le había pedido a mi madre que fuera preparando el terreno, pero no estaba segura de cómo reaccionaría mi padre y lo supe bastante rápido. —¡ELIZABETH BLAK, VEN AQUÍ EN ESTE MOMENTO! —Por los alaridos que se escuchaban por toda la casa asumí que mamá ya le había contado las buenas nuevas a mi progenitor y estaba casi segura que el hombre quería a asesinarme. Salí de mi habitación y me lo encontré viniendo hacia mi como una estampida, estaba segura que él sería incapaz de hacerme daño, pero aun así tenía miedo de lo que fuera a suceder con nuestra relación a partir de ese momento. —Papá, cálmate, te va a dar un soponcio. —le hablaba de forma serena tratando de que se calmara. Lo que más me dolió fue ver su cara de decepción y dolor, yo siempre fui la niña de sus ojos, supongo que saber que había metido la pata de lo lindo, lo hizo sentir que falló conmigo. —Dime, que tu mamá está jugándome una broma pesada. — me habría encantado decirle que como siempre nos estábamos burlando de él, así como lo había hecho más temprano cuando mi primo se prestó para hacerlo rabiar, pero esta vez, por desgracia, no estábamos jugando, todo era real. —Papito, por favor, tienes que sentarte y respirar, hablemos de esto. —¿Es verdad Lizzy? —asentí con lágrimas en los ojos, lo había decepcionado. — ¡¿Quién fue el maldito malnacido depravado que se atrevió a profanar a mi pequeña bebé?! — rodé los ojos por su ridícula declaración, tenía 23 años, era todo, menos una niña y mejor no le decía que había sido profanada a los 17 años en el asiento trasero del auto de mi novio de la secundaria. —No es una bebé, amor. Mi madre quien venía detrás de él trataba de calmarlo, pero estaba segura que cualquier cosa que dijera solo iba a echarle más leña al fuego. —Es una bebé y ¡los bebés no tienen bebés! — supongo que aún me veía como esa pequeña que cargaba en sus hombros y a la que le revisaba el armario todas las noches con una escoba para espantarle los monstruos. —Papá soy una adulta, por favor deja de tratarme como una niña. Soltó una carcajada sin gracia antes de contestar: —No tienes trabajo, no has terminado tus estudios, dependes completamente de mí y de tu madre, háblame de adultez cuando puedas valerte por ti misma ¡mocosa insolente! Tenía razón, había abandonado mi pasantía en el bufete y la universidad al mismo tiempo, estaba sola y no tenía un duro en el bolsillo, pero esperaba que al menos ellos no me abandonaran ahora. —Si, papá, estoy embarazada, tengo 4 meses ahora y dejé la universidad en mi último semestre, acaso ¿qué debía hacer? ¿abortar? — hizo una mueca de dolor como si lo hubiera golpeado. — Por eso decidí volver a casa y pedirles ayuda, porque estoy cagada del susto y no sé qué va a pasar con mi futuro. —¿Quién es el padre? Buena pregunta, luego de dejar al tipo sin ninguna explicación en aquella habitación cuando me desperté, no pensé nunca más en su existencia, pero cuando supe que estaba embarazada, tenía que decírselo, así que fui a buscar información a la casa de fraternidad donde hicieron la fiesta aquella noche, pero solo me dijeron que era estudiante de otra universidad, lo único que sabía de él, era que tocaba la guitarra y se hacía llamar Marc, ni un apellido, un teléfono, no sabía nada relevante del tipo; debido a todas las emociones negarivas que tuve, caí en una crisis de ansiedad tan fuerte que me mandó al hospital por 2 días y por la que casi pierdo al bebé, pero la criatura lo soportó, se quedó dentro de mí y esa fue la señal de que la vida que crecía dentro de mí vientre, no era un desacierto, era un regalo del altísimo y debía cuidarlo y protegerlo. —Papá, ese es el problema, no sé ni como se llama, no sé quién es el padre de mi hijo. Y entonces, creo que fue demasiado para el pobre hombre, soltó un quejido y cayó desmayado en el piso sin ningún aviso. —¡PAPA!— grité asustada, mamá se agachó para tomarle los signos vitales mientras yo lloraba llena de culpa. —Es oficial, lo mataste. Obvio no lo maté y el hombre solo tuvo un ataque de rabia tan fuerte que se descompensó y no lo soportó. No me dirigió la palabra por días y cuando el resto de la familia se enteró de la noticia fue un total revuelo, porque mi chismosa madre no podía quedarse callada y tenía que hacerle saber a mis tías, que sería una abuela de 46 años y que papá estaba histérico, la perfecta Lizzy ahora era una futura madre soltera que no sabía ni el nombre del hombre que la había embarazado; me sentí indigna y fracasada, recordaba cómo era el chico perfectamente, pero no sabía cómo buscarlo, mis amigas me ayudaron a preguntar por él, pero nadie sabía nada de él o de su banda de rock espanta perros; estaba sola, debía asumir las consecuencias de mis actos y ahora también vivir con el dolor del rechazo del hombre que había sido todo para mi desde que nací. No lo pude soportar más, tenía que huir de casa, podía aguantar cualquier cosa, menos que mi padre ya no me amara. —Tía Emm, ¿puedo quedarme contigo por un tiempo? Llame a la persona que sabía me protegería con su vida y me daría tiempo para procesar las cosas lejos del drama en mi casa. —Claro que sí, Allie va a estar feliz de pasar más tiempo contigo, eres su heroína. Casi lloré con sus palabras, mi prima era la niña más tenaz y determinada que había conocido, quería ser un buen ejemplo para ella y ahora solo sentía que le fallaba a todos. —No lo creo tía, nada volverá a ser como antes. — respondí con tristeza. —Lizzy, siempre serás la niña más hermosa y perfecta ante mis ojos y ante los ojos de tus padres, sólo hay que dejar que las cosas se calmen, Thor barbudo va a entender y será un abuelo orgulloso, ya vas a ver.— no creía que eso sucediera, pero tenía la esperanza que las cosas en algún momento volvieran a la normalidad, pero en ese preciso instante, sólo quería huir de mi vida. Iba saliendo de casa con una mochila llena de las pocas cosas que cupieron en ella, no había terminado de salir por la puerta cuando escuché su alarido. —¡A donde diablos crees que vas Elizabeth!— ya no era Lizzy, ni hija. —Papá, no quiero incomodarte más con mi presencia. — respondí con los ojos inundados en lágrimas. —Mueve tu culo irresponsable dentro de la casa, no iras a ningún lado. —Pero, me odias. —No seas ridícula, nunca podría sentir más que amor incondicional por ti. — dijo bajando el tono y tendiéndome la mano. — Ven, entra, tenemos que hablar de tu futuro y del idiota que te embarazó, porque voy a encontrarlo y luego le machacaré las bolas para que nunca más vuelva a profanar a la hija de nadie. Salté a sus brazos y lo abracé, él no me rechazó, por el contrario me abrazó con fuerza y lloramos juntos hasta que no quedaron lágrimas, me había perdonado, no iba a dejarme y aún me amaba, así que fuimos a la sala y le conté como sucedió todo... Si les gustan las historias ridículas con final feliz y quieren saber más de cómo fue que todo pasó, las invito a quedarse. Voy a contarles con detalles como fue que caí en los brazos de un sensual desconocido y como una noche de licor y pasión terminó en desastre total y luego obtuve el regalo más hermoso del universo. Nota de Autora: Este es el libro 2 de la serie Black Dinasty, las historias de la Prole de los Black ;) Es el piloto de la historia y espero lo disfruten y les guste tanto como los anteriores libros que he escrito. Ya comienzan las actualizaciones, se que he tardado pero tengo una vida complicada, por lo pronto espero lo agreguen a sus bibliotecas para que les llegue la notificación de actualizaciones y espero me acompañen con esta aventura como lo han hecho con las anteriores. Como siempre, gracias por su apoyo y cariño . Las Amodoro. XOXO. KkellyG.