Maria se siente diferente tras su apasionada noche de amor además de haber experimentado una clase de sexo que nunca imagino que podía existir especialmente porque su esposo siempre se había demostrado dulce con ella, pero entiende y le gusta lo sucedido pues comenzaba a desesperarse con su cambio y aunque aún siente que hay cierta distancia entre ellos también siente que han vuelto a tener cierta cercanía que ha confirmado que siguen siendo cómplices el uno del otro sin importar qué. Suspira mientras busca con las manos el cuerpo de su esposo y frunce el ceño al notar que él no está en la cama, la sensación de tristeza se apodera de su ser pues creyó que tras su apasionante noche las cosas cambiarían y podrían volver a ser los esposos amorosos que solían ser, con tristeza abre los ojo