—Señor Bennett … Si he hecho algo m-mal…
—Sabes muy bien qué has hecho mal. Y te ha tocado a ti, pero esto va por todos los que nos están mirando —expresó en voz alta, sin girarse para comprobar que, en efecto, era el foco de atención—. Pero bueno, visto que tienes unas obligaciones y una vida al margen de esto, creo que no tendré que preocuparme de que le pongas sonrisas de baboso a Klein . Claro que, si vuelve a suceder… Tanto las sonrisas como las miraditas y los comentarios, me ocuparé de que puedas dedicarte a tus actividades ociosas las veinticuatro horas del día. —Dio unos golpecitos a la base del muro y sonrió una última vez—. Feliz miércoles.
No había estado mal. Podría haber sido más directo y amenazador, pero no era su estilo. Cualquiera que lo conociera sabía que nunca se enf
