—¿Ni siquiera a una que ni te interesa? —Meg torció su bonita boca—. Entonces, ¿qué eres, un aprovechado? ¿Uno de esos tipos a los que les da igual una que otra? ¿De los que disfrutan viendo cómo se mueren por ellos, sin importarle cómo se puedan sentir esas personas al no ser correspondidas? Mejor no respondas, no quiero perderte el respeto del todo. Marcus no la dejó salir. Observó que sus labios se entreabrían para soltar un quejido de sorpresa. Su mirada ofendida le atrapó. —Déj… —Si hubiera sido un aprovechado, no te habría dejado sola y apoyada en una pared esperando que te cogieran —explicó, en tono engañosamente dulce—: te habría metido el baño y lo habría hecho sin más, y tú habrías estado de acuerdo con cualquiera que hubiera sido el lugar elegido para meter la lengua. Pero no