—¿Eso formaba parte de tu promesa de esta mañana? ¿Todo eso de provocarme hasta que tenga que admitir… lo que quieres que admita? —Claro que no. —¿Entonces? ¿Cuándo hemos pasado de las referencias al cine a las preguntas personales? ¿Qué te ha dado la potestad de tomarte esa… libertad, o esa confianza? —Creo que estás exagerando. Aquello la encendió más aún. —Estabas insinuando que tengo algún tipo de desorden alimentario — señaló, mirándolo con el reto de contrariarla—, y hasta hace dos semanas fingías no saberte mi nombre. —¿Y eso es malo? ¿Es malo avanzar y conocerse? Dos preguntas bien hechas y le desmontaba todas las teorías. ¿Era malo lo que estaba pronunciando con una mueca desdeñosa? ¿Era malo avanzar y conocerse, llevarse cada vez mejor, hacerse amigos? En teoría, no. Así s