CAPÍTULO OCHO Selese caminó a través de los restos de la batalla, con Illepra a su lado, cada una de ellas revisando cuerpo por cuerpo, buscando señales de vida. Había sido un largo y duro viaje desde Silesia, mientras las dos estaban juntas, siguiendo al grupo principal del ejército y atendiendo a los heridos y a los muertos. Se separaron de los otros curanderos y se habían convertido en amigas íntimas, unidas a través de la adversidad. Ellas se sentían atraídas naturalmente una a la otra, eran de la misma edad, se parecían entre ellas, y quizá lo más importante, era que cada una estaba enamorada de un chico MacGil. Selese amaba a Reece; e Illepra, aunque reacia a admitirlo, amaba a Godfrey. Hicieron su mejor esfuerzo para ir al parejo del grupo principal del ejército, abriéndose paso e