CAPÍTULO DOCE
Andrónico galopaba a través de las llanuras, con su hijo Thornicus a su lado, su hechicero Rafi en su otro costado, y McCloud detrás de él. Detrás de ellos les seguían decenas de miles de soldados leales del Imperio, todos ellos cabalgando con entusiasmo hacia un destino: Highlandia, la ciudad más alta, construida en la cúspide de la zona montañosa. Andrónico podía verla ante él, sentada allí en el horizonte, brillando bajo el sol de la mañana, la ciudad más alta del Anillo, en los dos lados del altiplano y la última fortificación de los McCloud. Los soldados de McCloud salieron por montones, atreviéndose a enfrentarlo. Él no podía esperar para aplastarla.
Andrónico había esperado que los McCloud se rindieran cuando McCloud lo hiciera; también lo habrían hecho, si no fuera
