Capítulo 1

2313 Words
Rode Los libros describen a las secretarias como afortunadas, por el simple hecho de vivir su día a día acompañadas de su guapo jefe, y aunque en algunas ocasiones era así. Esto era la vida real y tu apuesto jefe no se enamoraba de ti ni te ponía menos trabajo, en este caso estaba llena de trabajo sin terminar. Eran las 3:00am y mis ojos empezaban a cerrarse por el cansancio, era cierto que mi trabajo me daba buenos ingresos, bueno, vale, excelentes, pero sumamente exigente por lo cual apenas había dormido esta última semana, y mi jefazo, en vez de ayudar se va de fiesta. Simplemente perfecto. Cierro la carpeta frente a mí con resignación, con tanto cansancio no podré continuar ni que quiera. Me levanto del pequeño escritorio de mi despacho y dirijo mis pasos a la habitación, mi holgado pijama se mueve de un lado a otro con mis perezosos pasos, hasta que estoy frente a la cama, la que parece llamarme. Me acuesto acurrucándome en las sábanas cayendo inmediatamente en un sueño profundo. (…) Pego un brinco al escuchar el estrepitoso sonido de mi celular, abro los ojos irritada y busco con la mirada el estúpido aparato lo, tomo entre mis manos y bufo al ver el identificador de llamadas. Patrick, dijo que me daría el día libre, por lo cual me parece muy extraño que a las... 7:00am de la mañana, esté llamando. —¿Sí? —preguntó con voz adormilada. —Señorita Marshall, ¿hizo la llamada a la chica de hoy? —pregunta con su usual tono de voz. —No. Señor, no me envió los nombres de las chicas de la semana —respondo. —Hoy no tendré ninguna cita entonces, ¿sabes dónde están los papeles de la empresa Harly? —pregunta y puedo escuchar a través del teléfono, como mueve los papeles de un lado al otro. «¿Qué haría este sin mí?», me pregunto cada día. Ruedo los ojos, y me acomodo en la cama. —Están en su escritorio, a la derecha debajo de las carpetas —le indico. —Bien. Cuelga dejándome con la palabra en la boca, resoplo dejando el teléfono a un lado y me dejo caer en la cama. Y si se preguntan que... ¿Por qué tuvo que despertarme tan temprano? Todo fue por la simple razón de que yo soy quien organizó su cita del día, les explicaré un poco: hace menos de 3 meses, mi jefe el señor Patrick Willians, empezó a recibir críticas provenientes de la prensa, de los periodistas y, incluso hasta páginas de chismes. ¿Por qué razón? porque no estaba casado. Su familia era una de esas familias tradicionales, en donde el matrimonio era obligatorio y, mucho más cuando era él heredero y poseedor de una gran fortuna. Él era mundialmente conocido, por eso estaba el dilema de ¿por qué no tenía ni siquiera una novia? Hasta llegaron a especular que la razón podría ser que era gay, y no quería admitirlo, pero la realidad no era esa, mi jefe era un picaflor. Admito que hasta yo misma había caído ante su porte de elegancia, y su indiscutible atractivo, pero fue algo muy momentáneo ya que el sujeto parecía inalcanzable; porque ni siquiera me dirigía una mirada al día, así que dejé que pasara esa emoción. Volviendo al tema, mi jefe empezó hace 3 meses su búsqueda de, “la chica ideal” para ser su esposa. Pero... el problema es que sus gustos son..., un tanto exquisitos. Lo cual me llevaba a citar actrices y modelos, que terminaban siendo muy pretenciosas, cabezas huecas, o con las voces más chillonas que había escuchado en mi vida. Por eso, yo tenía la tarea de buscar a esa chica que pondría de cabeza la vida de mi jefe. Me llamaba a mí misma “la secretaria del amor,” un apodo un tanto cursi, pero era una romántica empedernida, no podía culparme. Porque, aunque no fuera trabajo fácil, me encargaba de todo con respecto a Patrick, incluyendo su vida amorosa; lo que era agotador. Pero..., sabía que cuando lo viera felizmente casado, habría cumplido mi misión. (♥♥♥♥) Despierto felizmente, dormir casi todo el día había hecho efecto, y sentía mi cuerpo descansado. Me hacía falta un descanso, creo que pediré vacaciones. Me levanto perezosa, y marco el número de la pizzería; no tengo ninguna intención de salir de casa hoy. Me dirijo al baño, y me deshago del pijama para luego entrar en la ducha; el agua tibia relajará mis músculos, haciéndome recordar cuánto necesitaba algo más que una ducha de agua fría en las mañanas, por eso mi hermana decía que un día renunciaría por mí; para que dejara ese trabajo de tiempo completo. Río en mis adentros y, salgo de la ducha envolviendo mi cuerpo en una toalla. Busco en mi armario algo cómodo que ponerme, pero el sonido de mi teléfono me interrumpe. Lo busco con la mirada encontrándolo en la mesita de noche, dirijo mis pasos hacia ella y lo tomo mirando la hora del reloj de la mesa. 7:00pm, abro los ojos sorprendida al ver que dormí todo el día y la noche. «¿¡Qué?!», me reclamo a mí misma, al darme cuenta de mi terrible descuido. —¡Rode! —escucho la voz de mi hermana, a través del teléfono. —Hola hermanis —saludo, regresando al closet. —Prepárate. En 10 minutos paso a por ti, iremos a cenar —dice rápidamente. —Nancy Marshall, espero que no sea una de tus estrategias para que tengas una cita —amenazo, buscando algo apropiado. Tomo un vestido n***o de tirantes, y con unos tacones del mismo color. Salgo del armario acomodando el teléfono de mi oreja. —¡No! ¿Cómo crees? Solo prepárate rápido —chilla. Pongo los ojos en blanco, y corto la llamada. Definitivamente me hará tener una irritable noche. Me pongo rápidamente el atuendo, y peino mi cabello n***o a la velocidad de la luz, dado que no quiero que mi hermana venga aquí a regañarme; pero es usual en ella decirme que saldremos, justo 10 minutos antes. Me maquillo sencillo, y tomo un colgante. Poniéndolo en mi cuello, el frío material hace que una mueca se forme en mi rostro, pero ignorando eso tomo mi billetera y salgo de la casa; donde mi hermana me espera en su auto. Como lo esperaba, a su lado está su novio Daniel. Y... si mi presentimiento no me falla un amigo de Daniel está sentado en el asiento trasero; me acerco con cautela y, los ojos negros de mi hermana igual a los míos me miran con advertencia, confirmando mis sospechas. Abro la puerta encontrándome con un chico de cabello n***o, sus ojos grises me miran de arriba a abajo y debo decir que no está nada mal, creo que mi hermana se ha lucido. Al auto, curvando una sonrisa amable. —Hola —saludo, extendiendo mi mano—. Soy Rode Marshall —me presento. Él la estrecha y sonríe. —Lindo nombre, soy Simon Peterson —se presenta. Asiento conforme y mi hermana arranca el motor, en camino hacia el restaurante. (♥♥♥♥) El camino hacia el restaurante fue bastante animado, Simon es un chico muy amable y divertido, su sonrisa es contagiosa y te incita a hablar cada vez más y más. Al llegar él abre la puerta para mí extendiéndome su mano, y yo la tomo gustosa. Siento su mano parar a mi espalda baja, mientras nos va guiando adentro del lugar. Mi hermana solo me da una mirada pícara y avanza con nosotros. El lugar es bastante pintoresco, tiene un aire francés muy original. Un mesero nos lleva hasta nuestra mesa, donde los cuatro empezamos a platicar, después de pedir nuestra comida. —Y, dime Rode. ¿A qué te dedicas? —pregunta Simon educadamente. Sus ojos grises no se despegan de mí ni un segundo, haciendo que algo se mueva en mi interior. —Trabajo como secretaria administrativa —le explico cohibida—. Y tú. ¿A qué te dedicas? —pregunto de regreso, fijando mi vista en él. Él flexiona sus brazos y sonríe, mostrando su perfecta dentadura. —Soy el dueño de una cadena de restaurantes —dice encogiéndose de hombros. —¡Oh, qué cool! —respondo, y una mesera trae nuestra cena. —Sí, es agotador tener que encargarse de todo. Cosas por aquí, cosas por allá —menciona en un suspiro. —Vaya, ustedes dos son tal para cual, ninguno de los dos puede dejar de trabajar —suelta Nancy de repente. La miro mal, y ella deja que en su rostro aparezca una bonita sonrisilla. —Échale la culpa a Patrick —respondo, poniendo los ojos en blanco. —¿Patrick? —pregunta Simón con el ceño fruncido. —Mi jefe, Patrick Williams —le explico. Él asiente, pero entonces alza una ceja. —Pero mira qué pequeño es el mundo, él es uno de mis amigos, además de ser mi socio —confiesa sonriente. Abro los ojos sorprendida y él suelta la risa por mi reacción. —Si que es pequeño, sí —digo esta vez mirando mi comida. —Qué pequeño el mundo es, qué pequeño el mundo es —empieza a cantar Nancy. —¡Oh no!, ¡por favor! ¡Nancy cállate! —Dramatizo, tapándome los oídos. Los chicos sueltan una carcajada a las que les siguen las nuestras, mi hermana es un verdadero caso. La campana que anuncia que alguien ha entrado en el restaurante, y llega a nuestros oídos, haciendo que gire mi vista en dirección a la entrada. Mi rostro se contrae en sorpresa al ver nada más y nada menos que a Patrick, mi jefe. Este viene acompañado de una chica de cabello color castaño, es muy linda. Su largo vestido azul, le llega a los talones haciendo la ver como una verdadera actriz. Sin duda el prototipo de chica que suele ir en compañía de Patrick. Mi jefe va vestido con la camisa negra remangada hasta sus codos, y un blue jeans ajustado, a juego de unos zapatos de color n***o. Sus ojos azules, examinan el lugar en busca de una mesa disponible, arregla su cabello castaño con una naturalidad y elegancia que son propias de él. De repente sus ojos caen sobre mí, y estos se abren sorprendidos. Sus pasos se acercan a nosotros, haciendo que la incomodidad empiece a incrementarse por todo mi cuerpo. —Señorita Marshall —saluda con cortesía. Las miradas de toda la mesa se dirigen a él. —Señor William —le respondo asintiendo con la cabeza—. Qué sorpresa encontrarlo por aquí —digo genuinamente. Él asiente y sus ojos me recorren de arriba abajo incomodándome aún más. —Simón, qué sorpresa amigo —saluda él, cursando una sonrisa sincera que nunca había visto en su rostro, haciéndome verle aún más guapo, sin duda. —¡Patrick!, ¡cuánto tiempo! —responde Simon dándole un efusivo abrazo. Vaya, que estos dos se conocen. —Veo que conoces a la señorita Marshall —dice Patrick señalándome. Simón gira su vista hacia mí, sonríe y dice: —He tenido el placer de conocerla hoy, me cuenta que es tu secretaria —comenta en respuesta. Mi jefe me da una mirada de reojo antes de asentir. —Bueno, debo retirarme. Si me disculpan nos veremos otro día, Simon —dice, para luego girarse a su acompañante y salir del local rápidamente. ¿Qué rayos? ¿No iban a comer? —Incómoda —suelta Nancy en broma haciéndonos reír. Vaya que lo era, mi jefe estaba más raro que de costumbre. (♥♥♥♥) Camino sobre mis tacones color crema en dirección a la oficina de mi jefe. Son las 7:30am, y estoy fresca como una lechuga, creo que el día de sueño me sirvió de mucho. Llevo puesto un vestido de color rosa pálido con escote en forma de V, y mangas largas. Quito mi cabello n***o de mis hombros y toco con mis nudillos la puerta de la oficina de Patrick. Escucho un leve “pase.” Que es el que autoriza mi entrada, tomo el pomo de la puerta entre mi mano, y la empujo entrando completamente. Patrick levanta la vista mirándome. —Buenos días señor William —saludos. —Buenos días, aquí está la lista de las chicas de esta semana —responde mientras me tiende una hoja. La tomo entre mis manos, y asiento. —Organiza mis reuniones, puedes retirarte —dice esta vez, dirigiendo sus ojos a los míos, mientras que en sus labios se curva una sonrisa, la cual regreso descolgada. ¿Está de buen humor hoy? O… es idea mía. Asiento confundida y salgo de la oficina. Sentándome en mi escritorio suelto un suspiro y dirijo mis ojos a la hoja, ya que tengo que empezar a llamar a las chicas del día de hoy; además de investigarlas. Mi vista se posa en el primer nombre que veo, y me hace abrir mis ojos de golpe. Mi corazón se acelera y mis manos comienzan a sudar; la sorpresa no deja que una expresión de incomodidad se me forme en el rostro. Vuelvo la vista a la hoja y comienzo a releerlo de nuevo para confirmar que evidentemente no he leído mal los datos. Martes día 8pm: Señorita Rode Marshall. Mis ojos vagan por la hoja sin saber muy bien cómo reaccionar a todo esto, preguntándome, ¿qué rayos es esto? ¡Oh no, mierda! Quizás deba preocuparme. ¡Hola a todos! Espero les haya gustado. Les doy la bienvenidos a mi pequeño mundo de historias Estaré actualizando esta historia una vez a la semana, a partir del mes de julio empezare con las actualizaciones diarias Disfruten la lectura ❤
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