Connor Petrova.
Cierro los ojos, cansado, estresado y adolorido, intentó concentrarme en la clase en lo que él profesor habla pero mi mente viaja a otro lugar.
Un bosque gigante, el olor a tierra mojada por la llovizna que empapa mi cuerpo, el silencio que solo es interrumpido por el canto de las aves, la copa de los pinos y demás árboles se ve simplemente hermosa.
Aquel sonido de una caída de agua me produce tranquilidad, mantengo mis ojos cerrados y mi cuerpo reacciona de maravilla con la naturaleza, con este bosque como si estuviera conectado.
–Lo estás –Aunque parece extraño no me alarmo, esa voz me calma aún más –Vuelve a la realidad, mi pequeño niño de ojos peculiares, aún no es tiempo—
Mi cuerpo es expulsado de aquel maravilloso lugar, volviendo a la triste realidad de mi vida.
–Para la próxima clase quiero que me traigan una maqueta de su casa soñada –Él profesor pide –Eso es todo por hoy, hasta la próxima semana—
Algunos de mis compañeros de clase se levantan y otros como en mi caso nos quedamos sentados esperando la siguiente hora.
Mi cuerpo empieza a sentirse extraño, un cansancio alberga todo mi ser, mi corazón empieza a dolor.
Respiro con tranquilidad e intento que ese dolor se disminuya, ya he tenido conciencia de ese dolor por varios años.
La primera vez que me ocurrió que hizo aparición fue hace tres años, tenía diecisiete, fue tanto el dolor que caí desmayado despertando en el hospital dos días después.
Ni siquiera las palizas que Ricardo me da se comparan con ese dolor, sentía que mi cuerpo pedía a gritos tranquilidad, mi corazón latía de prisa golpeando con fervor mi pecho produciendome mucho dolor, mi cuerpo quemaba y mis huesos dolían fue tanto ese dolor que mi cuerpo no lo soporto cayendo inconsciente.
Nada se compara con ese dolor.
–Connor, Hola –Me dicen para después depositar un beso en mi mejilla haciendo que arrugue mis cejas.
–Hola, Zu—si –Saludo a la chica que se posa enfrente de mi, Zusi Valtar una chica bajita, su cuerpo relleno voluminoso la hace ver un chica hermosa, cabellos castaño oscuros y un color de ojos de igual color, es hermosa pero no inspira nada en mi.
Bajo la vista a mi cuaderno evitando el contacto visual.
–¿Cómo estás? –dice sentándose en la silla que está enfrente de mi.
–Estoy bien, Zusi, ¿y tú cómo estás? –Le digo empezando a trazar líneas en mi libreta.
–Yo estoy muy bien, Conito, me alegra que estes bien –Levanto la mirada al ella decir ese asqueroso apodo, sin poder evitarlo mis mejillas se tornan rojas, sus ojos brillan con intensidad –Me preguntaba si… ya sabes, quería –No la dejo terminar.
–No puedo, hoy tengo el día libre en el trabajo y quería pasarla con mi hermana –digo aún con mi mejillas rojas.
–Oh, entiendo –junta sus labios.
–Yo… lo siento Zu-si –Me levantó cuando ella acerca su rostro al mío.
–¿Quién es Leyssi? –dice de pronto haciendo que la vea extrañado, ella levanta mi libreta mostrando dicho nombré.
–Eh, yo –Me aclaro la garganta, odio cuando me siento nervioso–No se –Niego –Solo lo escribí, de hecho ese nombre me gusta mucho –Susurro lo último –Demasiado–Tomo mi libreta guardandola en mi mochila.
–Entiendo –Junta sus labios finos –¿Y mi nombre te gusta? –su pregunta me deja dislocado, a mi no me gustan los nombres, aceptando el de mi hermana Cleo, Leyssi y el de mi niña, Cloe.
–Es lindo –me encojo de hombros intentando huir de allí –Ya me tengo que ir, Zusi, que tengas bue-na tarde—
Con la mirada agacha salgo deprisa, al levantar la mirada si hay alguna nota del profesor en la pizarra del pasillo.
–Día libre –
Colocando mejor mi mochila salgo de la universidad rápidamente intentando esquivar a los bravucones. Salgo respirando con tranquilidad emprendiendo camino hacia mi casa, rogando que ese monstruo no esté.
No pasa mucho tiempo cuando divisó el color blanco de la pintura de mi casa, mis manos tiemblan cuando saco mis llaves abriendo la puerta.
El olor a alcohol me alerta sabiendo que mi buena suerte ha desaparecido, entró encontrándome con ese ser tirado con una mujer encima suyo, montandolo.
–Desaparece de mi vista ahora mismo, si no quieres que te dé una paliza –su voz se escucha apestosa por el alcohol y por esa mujer, que no para de montarlo haciendo que me den arcadas debidos a esos gemidos exagerados.
Haciéndole caso subo rápidamente hacia el cuarto de mi pequeña hermana, encontrándola dormida abrazando su peluche de uno de los escandalosos, Pardo.
Me acerco a ella acariciando su mejilla dejando un beso en su frente.
–Esos ruedos no me gustan –su voz se oye suave y adormilada.
–Shh, pequeña sigue durmiendo –sus preciosos ojitos se cierran dejándose llevar por el sueño.
Cierro los ojos imaginándome que estoy en otro lugar, en una agradable, seguro donde no tengo miedo, dónde todo me da felicidad.
–Connor, ven –Escuchó una voz melodiosa llamándome, por una extraña razón mi cuerpo se llena de felicidad y un nerviosismo me llena –Amor –de esa voz más cerca de mi –Me duele que no te acercaras –Intentó hablar pero lo único que sale de mi es una carcajada.
–Quería que vinieras por mí –
–Siempre iré por tí, no importa dónde estés siempre te buscaré –Me volteo intentado ver la dueña de esa voz pero una delicadas manos me cubren el rostro –Ahora tienes que buscarme tú a mí –Su risa llena todo el lugar haciendo mi corazón vibrar —Encuentrame Connor—
Me despierto con una sonrisa en mi rostro, cierro de nuevo los ojos intentando volver a ese hermoso sueño.
–¿Connor, vamos a salir? –La dulce voz de mi hermanita me hace abrir mis ojos y verla.
–Claro que sí pequeña, venga alístate –Salgo de su cuarto yendo al mío.
Me despojo de mi ropa quedando desnudo, por unos breves segundos veo mi figura en el espejo viendo que no tengo ni una cicatriz.
–No entiendo –digo al pasar mis manos por dónde debería tener –Aquí tiene que estar una pero no –volteo viendo un poco mi espalda en igualdad de condiciones, por esa razón ese hombre me pega de más al no verme una cicatriz se altera, pegandome con lo que sea que esté a su alcance.
No entiendo.
El contacto del agua con mi piel hace que me estremezca, coloco mi frente en las baldosas del baño dejando que el agua se lleve todo rastro de sudor, me enderezó enjabonando mi cuerpo y echando un poco de shampoo en mis manos restregando mi cabello con el.
Ya listo, enrollo una toalla en mi cintura, tomando otra en mis manos y sacando mi cabello.
Pasó una mano por el vidrio del baño quedando unos minutos quieto al ver una sonrisa preciosa reflejada en el.
Me volteo encontrándome nada al otro lado, miró de nuevo ahora unos preciosos ojos color azules oscuros me ven con un brillo especial.
–Estoy loco –abro el grifo del agua, busco mi cepillo de dientes echándole crema de dientes y me dispongo a cepillarme.
Cierro el grifo al estar ya listo, salgo escuchando cómo la puerta de la salida es cerrada y después silencio.
No entiendo nada de lo queda.
No tiendo quien es ese señor que dice ser mi padre.
No entiendo dónde puede estar mi hermanita.
No entiendo nada.
Eso me frustra mucho, quiero saber muchas cosas.
–Connor ya estoy lista –la vocecita de mi hermana se escucha al otro lado de mi puerta.
–Espera –digo cuando termino de colocarme los pantalones negros, termino de colocarme una camisa blanca –Pasa –ella entra sus melena rojiza indentica a mí es lo primero que veo para después sus ojos celestes hagan contacto con los míos de diferentes color–Estas hermosa, Cleo, toda una princesa –dejo un beso en su cabeza buscando los zapatos.
–Gracias y tú también te ves hermoso hermano –me calzo mi zapato y ella amarra los cordones.
Mi pequeña princesa.
–Listo –sonríe viendo su trabajo –Connor rápido que quiero llegar a comer helado –tira de mi mando levantándome de la cama.
–Vamos –bajamos por las escaleras hasta llegar a la sala, el olor a alcohol y drogas hace que se me revuelva el estómago.
–Vamos antes que ese señor vuelva –me empuja rápido hacia la puerta abriéndola en el proceso.
El aire libre nos recibe y como es costumbre mis ojos se desvían hacia el bosque que se encuentra cerca de mi casa, mi cuerpo exige que corra hacia allá y nunca más regrese, que ese es mi lugar pero mi sensatez es más grande.
Un bosque no puede ser mi hogar.
Estar rodeado de naturaleza no lo es, no sobreviviria ni un día allí.
––★––
Connor es un chico especial, muy cerrado en si mismo que después que conozca a cierta personita va a tener la fuerza de salir de su lugar seguro.
Pero.
Sin dejar de ser un chico tierno y tímido.
Claro hay momentos donde desaparece como es cuando está a la defensiva con Zusi, aún no lo vemos de esa forma, pero pronto será.
Pequeño spoiler.
Va a hacer un grano en la reta guardia y es la misma chica que va a odiar y querer matar Leyssi.
Voten.
Comenten.
Eso ayuda mucho, no saben cuánto ayuda.
Sin más me despido.