Leyssi D'Luca.
Recojo mi ropa que se encuentra esparcida por el suelo, solo quiero largarme lo más rápido posible de este lugar.
Su olor impregnado en mi cuerpo me repugna.
«Mueve esas piernas, quiero salir rápido de aquí estoy –Maya ladra en mi mente.
«Hago todo lo posible—
Me calzo rápidamente mi zapato y salgo de ese cuarto directo hacia la salida.
–¿Tan rápido te vas?–La voz de ese chico me frena de golpe, doy media vuelta observando su cuerpo esbelto recostado a la pared.
«Bueno él tipo no está nada mal, ¿Cómo es que se llama? —Maya se acuesta en sus patas delanteras.
«Benjamin—
–Mira, Benjamín –lo miro, su olor me repugna aún más, ¿Cómo es posible ayer me metiera con este tipo?–Si, tengo muchas cosas que hacer–Observo mi reloj–Mierda voy retardada—
Doy media vuelta saliendo de la casa de ese humano, camino rápidamente hasta llegar lo más lejos posible de las casas internandome en el bosque.
Corro por todo el lugar, lo más rápido que mis piernas me dan, necesito llegar antes de que mi padre me mate.
Paro de golpe al sentir ese delicioso olor, menta y jengibre, extraña combinación pero sumamente adictiva para mí.
Miro hacia los lados desesperada por ese olor, me guió dejo que mis piernas me lleven.
Pero todo instinto de ir a buscarlo se para.
«¿QUE HACES?, ¡VE POR ÉL!–Maya grita en mi interior.
«No puedo–Niego–Quiero, pero si llegamos tarde otra vez, papá no tendrá compasión de nosotras, además de que nuestro encuentro no es así sabes que no es así—
Mi cuerpo se siente herido, cómo si me clavaran plata en mi interior al negar en buscar a mi otra mitad.
Quiero, pero le tengo mucho miedo a mi padre cuando se molesta.
Miedo en saber las consecuencias por adelantarme.
Y se que aún no es el momento.
Con todas mis fuerzas doy media vuelta, cerrando los ojos y corriendo a todo lo que mi cuerpo me da.
No pasa mucho tiempo cuando divisó el lago, aceleró el paso doy un salto convirtiéndome en loba.
Mi pelaje blanco como la nieve se oscurece un poco al sentir el agua en el, mis ojos se adaptan al cambió.
Saliendo del agua me sacudo emprendió mi camino, a lo lejos diviso a mis hermanos y mis primos parados en su forma de los lobos.
«Llegamos a tiempo—
Bajo la velocidad colocandome al lado de alguien, no lo miro, ni respiro me mantengo espectante.
Mi padre me dirige una mirada severa haciendo que mi corazón lata de prisa, me escudriña para luego negar y seguir con lo suyo.
–Te salvaste–Escucho que dicen en mi mente, volteo encontrandome con Sedrik el lobo de mi hermano Hunnter y por tanto el mío también.
–Dos segundos tardes y papá te hubiera echo picadillo–dice divertida Jannesa.
Los ignoro, perdiendome en el recuerdo del delicioso olor de mi mate.
Menta y jengibre.
Estaba cerca muy cerca.
Pero se que por más que deseara, ese no era el momento de verlo y reclamarlo.
El momento adecuado será el que ví cuando era solo una niña, cuando mi hermana, Jannesa, reclamo a Logan.
Solo se que ese día, la noche estará a nuestro favor y su olor embriagara mi ser.
Doy un salto cuando la presencia de mi padre se encuentra detrás de mi.
–A pesar de llegar tarde, estás distraída–Su voz de enojo hace que trague grueso–Mueve esas patas o me veré en la obligación de hacerte correr por seis horas seguidas cuando termines aquí—
No espero más cuando estoy al lado de mis hermanos corriendo, cuando paso por su lado mi padre me dirige una mirada severa, mientras que mi madre niega deliberadamente abrazándolo.
Doy una sonrisa lobuna cuando mi padre sonríe.
Espero tener ese amor descomunal que ellos se tienen.
Espero que mi mate me ame y acepte tal cual soy.
No me importa si es lobo, brujo, hechicero, vampiro o humano solo lo quiero para mí.
Aunque casos de mates humanos no se han visto mucho.
Los que yo conozco solo son dos.
Mi tío Miguel que es tua cantante de mi tía Eliza.
Y mi abuela April.
Son los únicos casos donde no murieron ya sea por la marca o por una guerra.
Los mates humanos son muy excasos, casi no se ven, pero el que tenga el privilegio de tener uno es un acto que la diosa otorga solo a unos cuantos.
Y de diosa hablo de mi abuela.
Es un privilegio que debemos asesorar, como también atesoramos cuando brinda la oportunidad de segundos mates.
Rara vez se empareja aun lobo o loba con otra r**a, entre vampiros y lobos es mucho más común.
–Alto–el rugido de nuestro padre hace que nos detengamos de inmediato–Pelea cuerpo a cuerpo—
En eso diviso a los deltas jóvenes que quieren ser guerreros de la manada llegar a nuestro encuentro.
Los deltas guerreros son aquellos que quieren servir a la manada.
Miro un pequeño cuerpo correr hacia uno de ellos, se restriega con esa loba haciendo que ella ronronea, ella le lame el osico.
–Son mates–Escucho la voz de mi hermano Ethan.
–Una guerrera y un Omega, bonita combinación–Opino.
Ambos se separan él Omega se aleja de ella colocandose a un extremo.
–Deltas, escojan con quién quieren pelear, entre mis hijos y sobrinos–Mi padre nos apunta.
Ocho deltas se separan del resto dando paso hacia nosotros siendo una de ella la mate del Omega.
Uno de ellos un poco más alto que los demás cuerpos lobunos se posiciona un poco temblando alfrente de mi hermano Ethan.
No observo quien está enfrente de mi solo cuando, las feromonas de un lobo posesibo azota contra mi nariz.
Veo hacia el frente y la loba que anteriormente estaba con él Omega está enfrente de mi, su cuerpo lleno de nervios que intenta controlar siendo imposible ya que el olor de feromonas de miedo la invade, pero con un ligero toque de valentía.
«Sabes tendríamos que dejar ese lado de chica tierna, se dejan llevar por eso–Maya ríe divertida en mi interior.
–Dejenle el control a sus lobos—
Los lobos enfrente nuestro tiemblan ante lo dicho por su Alfa, mi padre.
«Maya no te pases, cuando tú quieres ser eres un poco sádica—
«No prometo nada—
Le sedo el control a mi loba que se encuentra verdaderamente feliz.
La loba enfrente nuestra da un paso atrás, sus ojos chocolates, chocan con el rojo de los míos.
Nuestro padre nos da una mirada dando la señal de pelea.
Nuestros cuerpos chocan, Maya, da un salto hacia atrás volviendo a la pelea arremetiendo con todo.
Libero un gruñido cuando ella encaja por leves segundos en mi pelaje sus caninos.
Maya muerde su pata derecha haciendo que un lloriqueo sea liberado por la loba.
Arremete contra ella de nuevo, nuestros cuerpos chocan, cuando nos levantamos en dos patas, una de ellas impactad con el hocico de la loba haciendo que retroceda.
Respiro, Maya, corre saltado por encima de ella cayendo al otro lado, mordiendo su pata derecha levantadola en el aire y tirando la lejos.
Un aullido por nuestra parte es liberado cuando vemos a nuestro contricante en el suelo, como puede se levanta colocando su cola en medio de sus patas traceras.
El aullido se nuestro padre nos dice que la pelea a terminado.
–Son buenos, les dieron pelea a mis hijos y sobrinos–Nos mira pero en especial a mi primo, Matthew, que se encuentra tirado con una expresión de aburrimiento en su rostro.
Me río y niego, le dieron pelea igual a nosotros pero jamás lo admitirá es demasiado orgulloso para eso.
–Los que tengas heridas profundas vayan para el hospital y los que no se quedan para seguir—
Me acerco al cuerpo de la chica pero un cuerpo mucho más pequeño que el mío se interpone en mi caminó.
Me gruñe.
Maya baja nuestra cabeza oliendo al pequeño cuerpo lobuno, que se estremece por nosotras, el miedo de que le hagamos algo a ella se siente.
Lleva nuestro hocico hacia la parte de arriba tomándolo entre nuestros dientes, caminamos un poco dejándolo en el suelo, gruñendole.
–Eres buena–Mi voz sale rasposa debido a que habla Maya en su mente–¿Cómo te llamas?—
–Graci-as, Al-fa–escucho cómo traga saliva con nerviosismo–Mi nombre es Camil—
–Bueno, Camila, eres buena sigue así—
Me alejo de ella, por el rabillo de mi ojo veo como su compañero se acerca a ella lamiendo su pelaje esperando que este completamente recuperado.
«¿Maya, me dejas el control de nuevo?—
«No, ni yo ni los otros les dejarán el control en un buen rato–niego cuando veo como salen corriendo hacia el bosque.