En el cielo.
Muchos tienen adjetivos tanto malos como buenos, hacia la diosa luna.
Algunos de ellos que es un perra, descarada que le encanta ver sufrir a su creación no mal entienda, le encanta ver en primera fila como se desesperan buscando a sus mates, sus almas gemelas o sus tua'cantante. Estar allá arriba le es un poco aburrido.
Eso es un hecho, ella le encanta ver cómo sufren por no encontrar a sus compañeros.
Otros dicen que es una maravillosa diosa, que es el ser más puro y que gracias a ella existe lo sobrenatural.
Y no están mal, pero tampoco aquellos que le dicen descarada.
Ella solo es una diosa que ama con locura a su creación, los protege y cuida.
Más cuando algunos rechazan a sus mates.
Por esa misma razón dejó de dar segundas oportunidades, ella veía el dolor en primera fila, veía como sufrían cuando rechazaban a uno de su ellos.
¿Fue buena elección?
Claro que lo fue, gracias a eso muchos valoran, sus mates, sus almas gemelas, sus tua'cantante, sus compañeros.
Pero hoy está enfocada en varios específicos.
La luna brilla en lo más alto es hora de que dos compañeros se encuentren, una sonrisa maternal se instala en los labios de la diosa, su esposo, su compañero la abraza por detrás viendo el mismo espectáculo.
Aquellos lobos que corren, felices de encontrarse, aquel lobo nieto de ella.
Ethan y Oded.
Ella sonríe, sabe que lo hizo esperar mucho, pero lo bueno se espera pacientemente.
La luna brilla con intensidad dándoles la bendición.
Ahora se enfoca en aquel joven humano de ojos particulares, aquel chico que le han permitido cuidar, aquel que es el mate de una de sus nietas.
Aquella chiquilla, de ojos azules y cabello n***o, que es idéntica a sus hermanos, solo que sabe manejar su ternura, su timidez a su favor.
Vela por sus sueños.
–Falta poco–susurra al viento.
Mira a sus nieta y sonríe tristemente.
Por unos leves segundos su mirada se traslada a aquella niña humana que cuida, aquella pelirroja, sabe que su hermana la extraña, vela por sus sueños, su deber ahora es protegerlo a aquellos tres humanos, esas dos niñas y aquel chico, fueron escogidos por ella, por su bondad, su amor, su fé.
Leyssi D'Luca.
Mi cuerpo hormiguea por una extraña razón, mi corazón se acelera, mi respiración se atasca.
Cierro los ojos al sentir la sensación de paz que la luna nos brinda, la observó, su brilló nos embriaga.
Me siento igual que cuando tenía cinco años, cuando mi hermana Jannesa reclamó a mis tíos/cuñados.
Está sensación es placentera.
Hunnter, está igual que yo, tomados de la mano vemos la luna, en toda su extensión, hoy es luna llena, una luna especial para los lobos. Ya que en ella la paz alberga a todo ser.
Pero hoy está más viva.
Todo los sonidos a nuestro alrededor desaparece, todo queda en silencio para mí.
Cierro mis ojos, una extraña sensación me mueve, no sé que hago.
No sé dónde estoy.
No sé que hago aquí.
Solo escucho leves sonidos, todo está n***o, poco a poco la luz se filtra por la negrura.
Miro a mi alrededor encontrandome en un parque, escucho las risas de los niños, el hablar de los padres, las pisadas de sus pies corriendo.
Escucho una risa ronca que hace que mi corazón lata como loco, que mi respiración se tranque.
Es él.
Mi mate.
Intento enfocar pero la luz me sega, poco a poco disminuye hasta lograr ver una cabellera roja.
Mi pulso se dispara, mis manos pican cuando caigo en cuenta de lo que está pasando, me veo acercándome a él.
Estiró mi mano para tocarlo pero ella traspasa, expulso el aire que no sabía que tenía retenido.
Su mirada choca con la mía, sus ojos brillan.
Mi aliento se contiene.
«¿Es posible?–La voz de Maya se oye en mi mente como un eco.
«¡Sus ojos¡–Exclamo sorprendida.
«Son hermosos–Ambas decimos.
Por un momento creo que él me ve a mi, una sonrisa llena de felicidad se instala en su rostro.
–Cleo con cuidado–Le escuchó decir, su voz ronca pero suave hace estrago en mí.
Me volteo viendo como una niña pelirroja le sonríe y asiente feliz deslizandose por el tobogan.
Mi corazón se llena de dicha al verla a ella feliz.
De pronto el escenario cambia, todo me empieza a dar vueltas, un miedo que no es mío se instala en mi cuerpo.
Escucho unos sollozos haciendo que mi respiración de acelera por el pánico.
–¿Quien llora?–Me escucho decir.
El eco de mi voz retumba en mi mente, Maya, se remueve inquieta en mi interior, saltando por mi mente haciendo que mi cuerpo duela.
Los sollozos los escucho aunque sean leves, los escucho.
Todo se vuelve claro para mí, cuando veo a mi mate siendo golpeado por un hombre.
Su cuerpo se estremece, libera un gemido de dolor.
Hace muecas y aprieta sus labios para no llorar.
Corro a su encuentro traspasando.
Grito con todo lo que puedo pero no se detiene.
–Detente–Mi voz sale rasposa ya que Maya toma la mitad del control.
Quiere salir y encajar nuestros caninos en su cuello, que el veneno de estos lo mate lentamente, mientras lo sacudimos hasta que la vida se vaya de su cuerpo.
Otro golpe, otro y otro así consecutivamente, hasta que aquel bate de béisbol queda cubierto por su sangre.
«Se va a morir–Maya, aúlla de tristeza.
El hombre le dice algo pero no lo escucho solo estoy concentrada en mi mate.
Ese hombre sale, mi chico cae inconsciente al piso una luz entra por la ventana.
Y nada, no veo nada.
Todo se vuelve nítido para mí, logrando escuchar las voces de mis padres.
–Papá–Mi voz sale débil por causa del nudo en mi garganta.
–¿Princesa estás bien?—
–Si—
–¿Qué les pasó? –Mi tío Cody pregunta, estoy por abrir la boca pero me cayó al ver la mirada que le dedica mi mamá –¿Que? –Mi madre solo niega.
–Lo mismo que nos pasó con Jannesa–Habla Hunnter.
–Entonces eso quiere decir que Ethan encontró a su mate –Ambos afirmamos con la cabeza.
–¿Y? –Miro a mi tío extrañada.
–¿Y qué?—
–¿Cómo son?—
–Son perfectos –Decimos Hunnter y yo a la vez.
–¿Cariño pudieron ver algo más está vez?–Mamá nos pregunta.
–Si –digo yo, mi hermano niega.
–¿Qué cosa? –dice mi madre impaciente –diosa, mis hijos están creciendo –Se lamenta.
–Yo –Intento hablar pero no puedo, Maya se remueve en mi interior aullando con tristeza me mira y se aleja aún ligar alejado de mi mente, liberó un sollozó, me muerdo los labios para reprimirlos pero no puedo el dolor me consume.
Hunnter, que está a mi lado me abraza, entierro mi cara en su cuello abrazándolo más a mi.
Mi unión, mi conexión con mis hermanos los alerta qué algo está mal conmigo pero algo malo pasa, un dolor se incrementa en mi interior, un dolor que no es mío, que es de alguno de mis otros dos hermanos, ya que Hunnter está junto a mi.
–Cariño lleva a tu hermana a su habitación, no creo que pueda hablar en estos momentos –No escuchó más, solo siento como mi hermano se levanta cargándome en silencio.
El dolor, el miedo de mi mate, más el de alguno de mis hermanos y el mío se revuelve en mí.
Sin soltarme se sienta yo solo me aprieto más a él, intentando que el dolor se vaya.
De pronto siento otros brazos, otro calor.
–Jannesa–Susurro débil, ella me abraza con fuerza.
Entonces me doy cuenta que es Ethan, quien está en peligro.
Intento moverme pero no puedo, mi cuerpo duele por los movimientos de Maya, por los golpes que recibió mi mate.
Todo se vuelve n***o, pongo resistencia pero la negrura me consume.
Lo último que siento son otros pares de brazos abrazándome.
Y luego nada, oscuridad absoluta.