Narra Reinaldo Lady Fluke no respondió a mis llamadas. No me sorprendió. Después de todo, supuestamente tuve una aventura con la esposa de su primo segundo, y ese no era el tipo de cosas que Lady Fluke podía perdonar. Era una mujer anticuada, del tipo de crianza que permitía muy poca variación de la norma. Cualquier atisbo de mal comportamiento, o sugerencia de escándalo, o soplo de alguna fea verdad oculta, la alejaba de inmediato. Una vez que los rumores salieron a la luz en los periódicos y en línea, supe que me sacaría de su vida. No quería joder a Alfredo. Aunque nunca había oído hablar de él, conocía su equipo por su reputación, y eran considerados los mejores de los mejores, de alguna manera generaron ganancias donde antes no existían y resultaron números obscenos. Quería estar en