Entró a la oficina como siempre, a mi jefe le encanta que yo esté atenta a todo.
—Buen día —digo luego de abrir la puerta, hay un hombre bastante apuesto justo sentado en la silla de presidencia.
—¿Y esta mujer papá? —Esa pregunta de ese hombre me hizo calentar la cabeza, que grosero nada se le caía por simplemente responder.
—Ella es la secretaria. —El señor Carlos me presenta, pero tal parece que para nada le gusto.
—Bueno entonces que salga, porque su presencia y la del mundo entero me está estresando. —Aquel hombre está muy tenso, por mí que se largue mejor él, pero bien lejos.
—Julia él es mi hijo Mario será el nuevo presidente. —Apenas terminó de escuchar salgo impulsivamente.
—Hola Julia, ¿Qué te sucede? Saliste de la oficina con tus mejillas totalmente rojas. —Ella se ríe, coloca un dedo sobre mi boca para que guarde silencio, no pretendo estar involucrada en chismes de pasillo, claro si continúo aquí.
—Lorena por favor, podrías ser discreta. —Blanqueo mis ojos, lo único que me faltaba era ser la diversión de alguien, supuse que ella me iba a entender.
—Me imagino lo que me vas a decir que te estaba proponiendo cosas el jefe y tú lo rechazaste, no me sorprende amiga a veces haces tantas incoherencias te hace falta pensar un poco, tu solamente piensa en el dinero que podrías tener te darías todos los gustos que tú quieras, pero pues amiga tu prefieres vivir la vida que tienes, con tanta pobreza, es cierto que está bastante viejo, pero eso lo opaca todos los beneficios un auto, ropa y demasiadas joyas —expresa, no puedo compartir ese punto de vista, esto es una incoherencia total.
—Lorena tu sabes que no soy para nada interesada, además cuando quiera darme la oportunidad de salir con alguien tiene que ser porque de verdad lo ame, créeme que esas relaciones arregladas no tienen futuro. —Me acomodo el cabello, me estoy exaltando y lo menos que deseo es ser grosera, además ese hombre es un desconocido, y Lorena habla sin saber contexto algo que yo tampoco tengo.
—Bueno no te des golpes de pecho porque el jefe Carlos ya va entregar la empresa a su hijo para que la maneje y debe ser muy guapo, toca aprovechar que tal se fije en ti, sin embargo, los comentarios dicen que hay un sobrino también hay en la pelea, pero tu desaprovechas todas las oportunidades, supongo que debe tener mucha experiencia como él, parece que su hijo es un hombre de negocios como Carlos, o al menos eso es lo que dice mi querido, tú sabes cómo los padres hablan de sus hijos, dicen maravillas ojalá sea un hombre guapo te imaginas Julia, me vuelvo loca mi vida necesita un poco de testosterona, que digo mucha y mejor si va acompañada de dinero y lujos la vida que yo me merezco, pero te están sonriendo a ti Julia. —Ella realiza una expresión cargada de tanta avaricia, eso me asusta porque sus intereses pueden llevarla a traicionar, a los que mantenemos tanta lealtad.
—Qué tonterías las tuyas —la evado, a pesar de que ella es tan insistente cuando se le mete una idea en la cabeza, es tormentosa con su insistiera.
—Sabes Julia, yo estoy más lejos preciso soy la secretaria de recursos humanos, pero tú eres la secretaría de presidencia, tienes la oportunidad de tu vida sácale provecho a tu belleza, bueno por mucho te tienes que arreglar un poco últimamente te la pasas muy desaliñada necesitas inversión, grábate en la cabeza que las cosas no caen del cielo, tener una relación es divertido, cuando es bajado el cielo con todo y estrellas. —Ella canta con un desafine que no soporto, tendrá razón, pero para que eso suceda debo estar con la inspiración del hombre correcto.
—No voy con nada que vaya contra mi moral —soy directa, Lorena lleva una vida descontrolada, soy diferente eso no me traería nada de tranquilidad, sueño con casarme como en los cuentos de las princesas que leía cuando era niña, los finales siempre eran felices y el amor triunfando.
—Ese nuevo Jefe está para chuparse los dedos, no me lo niegues, esos ojitos se te iban encima, lo vi desde lejos que lastima —habla, me conoce demasiado bien, precisamente eso paso, pero no lo voy admitir.
—Por dios Lorena no digas eso además él va ser nuestro jefe, la única relación que podemos tener es de jefe y empleada, además amiga es que a mí los pretendientes no me hacen falta yo misma trabajo para darme todos mis gustos, no debo estar buscando quien me mantenga. —Levanto mi frente y muevo mis hombros rezongando como una niña pequeña, sé que lo que me suceda ella me juzga sin escuchar.
—Hay Julia los galanes que dices tener son los que buscas en esas páginas, ¿De encontrar parejas? Amiga hay lo único que salen son perdedores sin aspiraciones, bueno pues es lo que a ti te gusta y lo otro que dices es verdad lo único malo es que no te alcanza
para nada ni siquiera te haces las uñas, perdóname por ser tan sincera tu sabes que te digo las cosas porque te quiero —ella me habla bruscamente, sus consejos constantemente son muy ofensivos, me dice fea en la cara.
—Tienes razón en lo que dices, pero son mis decisiones, me tengo que ir. —No puedo evitar sentirme humillada al escuchar sus palabras, esto parece una burla, que de malo tiene creer en las reales intenciones, en un amor puro en los que las mentiras se conviertan en la última opción, de hecho, la falsedad no debería ni existir.
Me voy muy molesta, no entiendo porque Lorena siempre tiene que ser tan hiriente conmigo, me duelen mucho sus palabras, debe tener mucha razón mi vida no tiene ni un poco de emoción, camino hacia mi escritorio, tomo asiento y agarro mi teléfono comienzo a mirar mi aplicación de conseguir parejas, entró a los perfiles de los hombres que hay disponibles y noto que hay un mensaje de un hombre llamado Daniel Vélez un texto muy explícito, dice “me interesa salir con una mujer tan apuesta e interesante como tú, espero tu mensaje de confirmación” leo eso y siento nervios, pero es tanta la curiosidad que tengo además mi vida necesita adrenalina.
Estoy tan aburrida mejor le contestó muy directamente, me interesa, me llega un mensaje de su respuesta que dice nos vemos esta noche en el bar las vegas de México, me da mucho nerviosismo nunca he tenido en mi vida una cita clandestina, tomo mi teléfono y le contestó hay estaré a las ocho, es una sensación extraña tal vez él llegue a ser él hombre de mi vida, para quitarme de encima a los perversos que me persiguen.
Salgo de la oficina muy rápidamente sin despedirme ni siquiera de Lorena no le puedo contar nada hasta que me dé cuenta que Daniel es el indicado, paró un taxi y me subo, no puedo evitar dejar de pensar en las palabras de Mario no le pienso decir jefe por ser un atrevido, llegó busco el dinero y le p**o, me bajo con tanto afán anhelo verme perfecta así nos flechamos de inmediato sacó las llaves de la cartera y abro, entro con mis pies descalzos hasta mi recamara para no hacer ruido, y me pongo el vestido más sensual que tengo en el closet con unas medias liguero.