No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente. - Virginia Woolf . . . Tomé un trago de mi bebida. No sé cómo carajos me metí en esto. Acepté una cita a ciegas, yo y mi manía de incluir a la tecnología en mi día a día, y es que ¿Quien sabe? Me dije a mi misma mientras cruzaba las piernas sentada en la barra de aquel bar, ¿Y si me convertía en una Zenda y mi vida se volvía algo así como "40 días de sexo"? Podía resultar bien o resultar mal, no había puntos intermedios. Alguien tocó mi hombro y giré de inmediato. -¿Eres Ally?- sonreí forzadamente. Claro que no usaría mi nombre real en una App, ¿Por quién me toman? -¿Y tu Butch?- Y esperaba no ser la única en hacerlo. Él sonrió ampliamente y estiró la mano hacia mí de manera formal. -Es un placer