Celine Ayer había entregado mi trabajo final, todavía quedaba una semana más de clases antes de las vacaciones y yo aún no decidía si quedarme aquí en Oxford o volver a casa. Demian me había estado entrenando como su sumisa, donde me mostro como debía actuar y la forma en que debía complacerlo. Sin embargo, estas últimas dos semanas, tuve el trato mínimo de aprecio de un entrenador para con su mascota, se volvió frio y cerrado. Solo había cosas vagas, palabras vacías, creo que había llegado a odiar cuando me decía >. Me sentía tan asqueada por momentos. Y mi cabeza era una dicotomía constante, un enfrentamiento entre lo que pensaba y sentía, quería irme y olvidarme de él, borrar que alguna vez lo conocí, pero, por otro lado, mi parte más emocional no podía dejarlo porque había emp