—Pero no creciste aquí, ¿verdad? —pregunta él. —Eso es suficiente de eso, Ezra —interrumpe Della con firmeza—. Tenemos suerte de tener al Príncipe y la Princesa con nosotros esta noche. Come tu cena, sin más preguntas. Todos los niños bajan la cabeza y comen su cena y yo miro a Seth, quien me sonríe ligeramente, pero parece inseguro. —No has considerado que tendremos que explicar mi procedencia, ¿verdad? —Nope. —Lo resolveremos. Estará bien. Doy un bocado a la sopa de maíz y es absolutamente increíble. Es dulce, cremosa y ahumada por ser cocinada en el fuego. Jenny me entrega una galleta y me dice que la sumerja y la pruebe, y tiene razón. Eso la hace aún mejor. —Della —digo y ella me mira nerviosa—. Esto es absolutamente increíble. No sé cuánto tiempo vamos a tener, pero me encanta