Capítulo 7-2

1649 Words
Finalmente, los Omegas llegan a nuestra mesa con la comida. —Lo siento mucho, Molly —Stella, una joven omega, me dice—. Fue el primer evento de Courtney y comenzó a servir desde atrás —me dice—. Lo lamento mucho, Alfas, Sus Majestades —termina, nerviosa y haciendo una reverencia. —Está bien, Stella —la tranquilizo—. Si Oliver hizo bien su trabajo, todo es comestible —le digo y ella se ríe—. ÉL HIZO su trabajo, ¿verdad? —le pregunto y ella sigue riendo. —En serio, Stella. Se ve genial —le digo—. Todos hicieron un gran trabajo sin mí —Y ella se ilumina con el cumplido. Con otra reverencia a la realeza y una ligera sonrisa hacia mi hermano, ofrece sus agradecimientos y nos deja. —Háblame de ella —mi hermano me regaña agresivamente. —Fue un error, Robbie. Ni siquiera fue culpa suya y se disculpó —le digo, confundida acerca de por qué está actuando así. —No estoy enojado. Solo háblame de ella. Stella, ¿verdad? —pregunta y me doy cuenta de que está luchando contra su lobo. —Sí, Stella. Es dulce. Su papá era un guerrero de la manada y murió hace unos años. Su mamá murió hace unas semanas, pero ella trabajaba en la cocina conmigo. Stella pidió tomar su lugar, pero aún está en la escuela, así que la tengo ayudando en la cocina de acuerdo con su horario escolar. Está en su último año, así que planeo permitirle trabajar a tiempo completo en la cocina cuando termine si ella quiere. —¿La estás haciendo trabajar? —me regaña. —Ella me lo pidió. No la dejaría abandonar la escuela y trabajar tiempo completo como ella quería cuando está tan cerca del final del año escolar. Y solo la dejo trabajar cuando termina sus tareas. También no la dejo trabajar los viernes por la noche para que pueda pasar tiempo con sus amigos y ser una niña. Sus dos padres murieron, ella necesita el dinero —le digo defensivamente—. No he hecho nada malo. Pensé que la estaba ayudando. —No debería estar trabajando —continúa con su actitud. —Robert —interviene mi mamá—. No creo que tu hermana esté obligando a los chicos a trabajar en las cocinas. Parece que ha estado trabajando para encontrar una forma de ayudarla, ¿Stacy era su nombre? —Stella —corrijo. —Ella es mía —Robert gruñe en voz baja, donde solo los más cercanos pueden oír. Me doy cuenta entonces de que él cree que ella es su pareja. —Robbie, eso no puede ser. Ella aún no tiene 18 años. Y la has conocido muchas veces antes. —Molly, estoy seguro de esto. ¿Cuándo es su cumpleaños? —pregunta él. —Creo que es el próximo mes. Lo anoté en el calendario que tenemos en la cocina recientemente. Puedo revisarlo más tarde por ti —le digo, aún sin creer que él piense que ella es su pareja. —Ha habido reportes de Alfas que son capaces de hallar a su pareja antes del cambio —agregó el Rey Peter a la conversación—, pero no hay mucha información al respecto. Y yo nunca he conocido a alguien que lo haya experimentado. Se supone que es una señal de un lobo muy fuerte —continuó. —No puedes decirle antes de eso —le digo a Robbie—. La asustarás si intentas hacerlo —Él asintió entendiendo—. Ella realmente es grandiosa. Yo sé que será una increíble Luna. Estoy feliz por Robbie, pero estoy segura de que él hará algo vergonzoso esperando por el cumpleaños de ella. —La cena es realmente buena —me dice Seth, cambiando el tema de mi hermano y honestamente, eso me hace sentir realmente bien que le guste. —Gracias —le digo—. Es la favorita de Robbie —y es verdad. Mi hermano vendería su alma por un pollo rostizado. Él escogió papas y brócoli como acompañamiento.   —No sabe igual de bien a cuando tú lo preparas, pero está bastante bien. Sin embargo, es mejor de lo que encontrarías en otras manadas, de seguro —dijo Robbie con una sonrisa. —Será mejor que te acostumbres a esta versión —declara papá—. Molly se irá con el Príncipe Seth y todos tendremos que comer cenas por debajo del promedio, mientras el príncipe tendrá las cosas buenas todos los días. —Molly no estará en la cocina todo el día —le dijo Seth a mi padre—, pero espero que cocines para mí algunas veces si siempre sabrá así de bien —Sé que lo dice de buena forma, pero no me gusta como suena eso. Quiero decir algo en respuesta, pero hay mucha gente alrededor, así que decido dejarlo pasar y hablar con él más tarde. Nos acabamos de conocer y todavía pienso que hay una oportunidad de que él me rechace. No hemos hablado acerca de lo que él espera de mí y si no sucede. Y entre todas estas, ¿qué es lo que hace una princesa? Nos sentamos en silencio en la mesa cuando los Omegas aparecen para limpiar las mesas. Me doy cuenta de que Robbie observa a Stella, pero no estoy segura de si la quiere cerca o no. —Robbi, ¿tú quieres que ella se queda cerca o que se mantenga alejada? —le pregunto mentalmente. —Probablemente, lo mejor sea que se mantenga alejada por ahora —me responde, así que hago lo que cualquier hermana decente haría. —¡Nick! —llamo a un omega diferente y él camina hacia nosotros. Él llega hasta la mesa y se da cuenta de quiénes están sentados a la mesa y detiene el paso. —¿Está todo bien, Molly? —me pregunta. —Sí, todo está grandioso —le digo—. Agarra esos platos, ¿quieres? Yo te ayudaré a llevarlos. Tengo una misión secreta para ti —le digo, haciendo una mueca tonta, dejándole saber que no está en problemas. Me levanto y tomo el pato de Seth. Él frunce el ceño y me doy cuenta de que probablemente es por lo que estoy ayudando. En fin. Esto es lo que soy y es mi lugar. Nick y yo alistamos todo en la bandeja y nos vamos.   Miro hacia atrás y veo a Seth frunciendo el ceño, pero él se gira para hablar con mis padres. —¿Qué es lo que necesitas, Molly? ¿Todo está bien? —me pregunta Nick.   —¡Sí! —le digo—. Iba a pedirte que agarres el pastel que hice para mi padre, pero he bajado y puedo llevarlo yo —le digo. —No con esos zapatos —dice Nick en medio de una carcajada—. ¿Cuándo quieres que lo lleve arriba? —Es un buen punto —le digo y él no está equivocado. Soy buena en tacones, pero no estoy segura de qué tan buena sea subiendo escaleras mientras sostengo un pastel. —Cuando el pastel de Robbie esté arriba y todos estén prestándole atención, sería un buen momento —le digo—. Él no querrá que sea un gran problema, pues fue inflexible acerca de que hoy todo sería acerca del Alfa Robert.   —¿Así que le hiciste su propio pastel? —preguntó confundido. —Es quien soy, Nick. Es lo que soy —contesté con una gran sonrisa y caminé de vuelta a mi asiento. Me senté y tan pronto lo hice, Seth se inclinó para susurrarme: —¿Está todo bien con ese Nick? —Y por la forma en la que enfatizó su nombre, me doy cuenta de que no está feliz. Pero yo apenas caminé desde el otro lado del salón. No estoy segura de lo que piense y la razón por la que esté molesto. —Está bien —le digo humildemente, insegura de por qué lo dice—. Él me está ayudando con una sorpresa para más tarde —Le ofrezco una sonrisa, esperando que eso ayude a liberar la tensión. Las cosas se relajan un poco cuando nuestros padres continúan su conversación acerca de su juventud, detalles exagerados, sin duda. Seth y Robert lanzan algunas historias del tiempo en su entrenamiento y todos nos reímos. Después de un rato, los Omegas traen un gran pastel que yo hice para Robert. —¿Quién hizo el pastel? —me pregunta Robbie. —¡Yo, por supuesto! —le digo—. Volteé mi cocina para poder estar aquí contigo, pero ¿no creías que confiaría en alguien más con tu pastel, ¿verdad? —pregunto. Robbie se levanta y camina alrededor de la mesa, agarrando mi brazo para levantarme y envolviéndome en uno de sus enormes abrazos de oso. —Gracias, chica. Realmente voy a extrañar esto. —No te preocupes —digo tristemente en su pecho—. Todavía hay tiempo para que él me rechace. —No lo hará —dice y coloca un beso en la parte superior de mi cabeza mientras camina hacia el pastel. Todos están mirando al nuevo Alfa Robert y su gran pastel. Miro hacia Nick en la puerta sosteniendo el pastel pequeño. Me acerco a él y lo tomo de sus manos y cuando me volteo veo a Seth mirándome, pero puedo sentir su ira finalmente comenzar a disminuir. Continúo hacia la mesa para pararme detrás de mi papá, colocando el pastel frente a él y besándolo en la mejilla. Él mira hacia abajo y se ríe con una de sus risas estruendosas que tanto amo, mientras mira hacia abajo y lee su pastel. —Feliz jubilación, viejo.
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