La Loba Rota

Capítulo 7-1

El salón de baile está lleno de gente, pero nadie nos presta mucha atención mientras entramos, ya que todos están buscando sus asientos. Llegamos a nuestra mesa, que también tiene a nuestras dos familias y ya están sentadas. No pasé por alto cómo cada par de ojos en nuestra mesa se dirigía a nuestras manos entrelazadas, pero afortunadamente nadie dijo nada.

Seth suelta mi mano y me saca una silla, rozando su mano en mi pequeña espalda. Estoy bastante segura de que este hombre no perderá ninguna oportunidad de tocarme de alguna manera. Estoy sentada justo al lado de Seth, algo que dudo que estuviera planeado originalmente, pero mi madre lo cambió una vez que nos conocimos. Mi mamá está a mi derecha, mi papá sentado al lado de ella. Robert está sentado frente a mis padres con el rey y la reina a su derecha, justo enfrente de Seth y de mí.

Apenas nos hemos sentado cuando siento la mano de Seth posarse en mi muslo.

—¿Estás bien? —me pregunta.

—Sí, estoy bien —le respondo y realmente lo estoy.

—Papá, ¿te gustaría ir de excursión conmigo a las cascadas mañana? —le pregunto a mi papá. Pensé que aprovecharía la oportunidad, pero me mira con vacilación.

—Lo siento, Molly. En realidad, mañana voy a llevar al rey Peter allí —dice.

—Oh, está bien. Será otra vez —le digo y siento que Seth aprieta mi pierna para consolarme. Puedo decir que está a punto de decir algo cuando el rey Peter interviene.

—En realidad, me encantaría que te unas a nosotros, Molly. Sería una gran oportunidad para conocerte a ti y según lo que recuerdo que tu papá decía cuando eras pequeña, probablemente conoces un par de caminos para llegar allí que el viejo ni siquiera sabe —dice con una risita.

No estoy segura de qué decir ante eso y quién sabe qué le dijo mi papá.

—Sería agradable, gracias. Haré los muffins favoritos de papá para llevar como desayuno —le digo y añado— y sí, ESTOY SEGURA de que conozco algunos caminos que papá nunca ha visto.

—Dudo eso, chiquilla. No siempre he sido el Alfa atrapado en mi oficina dirigiendo mi manada —interviene mi papá y, aunque estoy segura de que ha pasado mucho tiempo afuera, también estoy segura de que Oliver y yo creamos varios caminos nuevos mientras pasábamos tiempo allí cuando éramos niños.

Seth se inclina hacia mí y me susurra al oído:

—¿Quieres que mi papá se quede atrás para que puedas estar a solas con el tuyo? —me pregunta.

—No, está bien —le susurro de vuelta y es realmente considerado de su parte.

—Seth, ¿quieres unirte a nosotros? —lanza mi papá, interrumpiendo el pequeño momento entre nosotros.

—No quisiera ser una molestia —dice y se inclina hacia mí, donde solo yo puedo oírlo—. Solo si quieres que esté allí.

—Deberías unirte a nosotros —le digo, para que todos puedan oírlo.

—¡Fantástico! —exclama mi papá—. Estoy deseando esos muffins —me dice con una sonrisa.

—Así que te gusta estar al aire libre —pregunta Seth.

—Sí. Mucho —le digo—. Cuando éramos pequeños, Oliver era el único niño, aparte de Robbie, que no se metía conmigo. Solíamos salir de la escuela temprano e ir a las cascadas.

Al escuchar esto, el rey Peter se une:

—Recuerdo haber tenido una llamada con el Alfa Randall una vez cuando me avisaron que Molly había desaparecido de la escuela. Estaba en pánico y estaba a punto de salir aquí a ayudar, pensando que la pobrecita había sido secuestrada, cuando se dieron cuenta de que su pequeño amigo también estaba desaparecido. Randall me llamó después para decirme que la habían encontrado, con el niño pequeño escondido en el bosque, cubiertos de barro. Se dieron cuenta de que estaban en problemas y se escondieron durante horas tratando de regresar furtivamente —contó la historia riendo.

—¿Un niño pequeño? —dice Seth, levantando una ceja y puedo ver el peligro en sus ojos. No le agrada esa idea.

—Sí. Era solo Oliver —le aseguro y puedo sentir cómo se relaja.

—Molly y Oliver solían escabullirse y pasar horas en el bosque. Regresaban cubiertos de tierra y hojas. Estoy bastante seguro de haber oído un rumor de que encontraron una cueva allí una vez, pero ninguno de los dos lo admitiría jamás —interviene mi hermano, sumándose a la conversación.

—¿Una cueva? —dice mi papá con un dejo de enojo en su voz. Simplemente miro a Robert, sabiendo que lo hizo a propósito.

—Solo porque eres el Alfa ahora no significa que voy a contarte todos los secretos de las cascadas —le digo—. Tendrás que ir allí y descubrirlos por ti mismo. Pero sí, definitivamente hay una cueva. Dos, de hecho.

—Molly, ¿ustedes dos salieron de los terrenos de la manada? —mi papá pregunta autoritariamente y me doy cuenta de que está preocupado de que pudiéramos habernos lastimado.

—No, señor. Las cuevas están en nuestra tierra, estoy segura. Nunca, nunca salimos de nuestro territorio. Lo prometo —le digo rápidamente para evitar una reprimenda.

—Lo siento, chiquilla —oigo la voz de mi hermano en mi mente y no lo dijo en voz alta.

—¡Robbie! ¡Puedo comunicarme contigo! —le respondo emocionada con el desarrollo.

Justo entonces, el personal Omega sale con platos para la cena. De repente, estoy nerviosa. Este es mi equipo y sé que son capaces de manejar todo esto, pero si algo sale mal, aún recaerá sobre mí y hay tantos invitados aquí para evaluar toda la comida.

Robbie se pone de pie mientras se colocan platos frente a todos los invitados para dar un discurso antes de que todos comamos.

—Gracias a todos por unirse hoy. Ha sido un gran honor recibir el liderazgo y la confianza de la seguridad y el bienestar de todos en mí. También quiero agradecer a los Omegas de la Manada Lunar Falls que están aquí sirviendo a todos nuestros maravillosos invitados. Todos ustedes son los que hacen que el día a día en esta manada funcione sin problemas. ¡Bien hecho! Me siento honrado de ser su Alfa y dedicaré mi tiempo para mostrar aprecio por todo lo que contribuyen en esta manada. Gracias por hacer de este día y cada día en esta manada, maravilloso. ¡Ahora, vamos a comer! —termina y se sienta como si no hubiera dicho algo que ningún otro Alfa diría.

Mi papá lo mira fijamente, sin saber qué decir, mientras mi mamá sonríe, orgullosa de haber criado a un hijo considerado. Estoy debatiendo si mirar adelante para ver cómo están reaccionando los miembros de la realeza cuando escucho que el Rey Peter se pone de pie y comienza a aplaudir. Seth lo sigue y veo que la Reina Audrey se une. Me pongo de pie y me uno a ellos, al igual que mis padres. Robbie nos está mirando como si estuviéramos locos y me doy cuenta de que realmente no se dio cuenta del impacto que tendría su discurso. Puedo escuchar a otros unirse detrás de nosotros y, después de echar un vistazo por encima de mi hombro, me doy cuenta de que no todos comparten sus sentimientos, pero nadie se atrevería a no seguir a la Familia Real en su aplauso.

—Molls, por favor, siéntate. Esto es vergonzoso —escucho a Robbie en mi cabeza.

—Tú fuiste quien lo hizo. Aquí afuera diciéndole a los Alfas que respeten a cada m*****o de su manada —Me rio y Robbie revuelve los ojos. Pero como buena hermana, me adelanté y me senté, mi papá siguió y luego el resto de nuestra mesa. Después de un momento, la habitación se calla y puedo escuchar el sonido de las personas comenzando a comer.

—¿Planeaban ustedes dos hacerme saber que ahora pueden comunicarse a través del vínculo o simplemente planeaban unirse y causar problemas juntos en silencio? —mi mamá nos pregunta a Robbie y a mí.

—Mamá, ahora soy el Alfa. ¡No tengo que rendir cuentas a nadie! —Robbie le responde en tono de broma y se ríe.

—En nuestra defensa, acabamos de descubrir que podíamos hacerlo —le digo.

—¡Eso es genial! Aunque debo admitir que me siento un poco excluida ahora que todos pueden comunicarse, pero yo aún no puedo alcanzarte, Molly —ella dice y sé que lo dijo como una broma, pero siento un dolor, como si le estuviera dificultando las cosas. Seth debe poder sentir mis emociones como yo he estado sintiendo las suyas, porque su brazo se posa inmediatamente sobre mi hombro opuesto a él, me acerca a él y me besa en la cabeza. Nadie dice nada, pero la cara de la Reina Audrey muestra que definitivamente no se perdió la acción.