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—Molly, Robert y Seth han vuelto. Quieren que los encuentres en tu habitación. Sola. Corro hacia mi suite y atravieso la puerta, pero me encuentro inesperadamente sola. Robbie debe haberme vinculado mientras aún caminaban hacia la casa de manada. —¿Están bien chicos? —vinculo a mi hermano, casi en pánico. —Estamos bien los dos, Molls. No estamos lejos. Nos encontraremos en unos minutos. Espero lo que parece una eternidad, caminando de un lado a otro hasta que estoy segura de haber dejado una línea en el suelo. Decido abrir una botella de vino para calmar mis nervios y continúo caminando, pero esta vez con una copa en la mano. Finalmente, percibo el débil aroma de mi pareja y corro hacia la puerta, abriéndola de golpe para verlo caminando por el pasillo hacia mí. Seth tiene puestos los