When you visit our website, if you give your consent, we will use cookies to allow us to collect data for aggregated statistics to improve our service and remember your choice for future visits. Cookie Policy & Privacy Policy
Dear Reader, we use the permissions associated with cookies to keep our website running smoothly and to provide you with personalized content that better meets your needs and ensure the best reading experience. At any time, you can change your permissions for the cookie settings below.
If you would like to learn more about our Cookie, you can click on Privacy Policy.
—Hola, Princesa —me dice con una sonrisa torcida—. Qué bueno tenerte de vuelta. Escuché que estás pasando por un mal momento. —Ella no quiere hablar de eso —dice Seth, interponiéndose entre nosotros, y estoy agradecida por lo protector que es conmigo. —Lo sé, lo sé —él dice, levantando las manos en el aire defensivamente—. Solo quiero que sepas, si tienes alguna pregunta, estoy feliz de responderla. Volvamos. Mantente cerca, estos bosques no son seguros para las lobas. —¿Las hacen desaparecer de aquí? —le pregunta Seth, sorprendido. —Las lobas han estado desapareciendo de las tierras de los renegados durante algunos años —dice él con una mirada de disgusto en su rostro—. Nadie nunca piensa en venir aquí, pero también somos parte de este reino. —Una vez que resolvamos las cosas con Mol