Abro mis ojos de nuevo y veo a mi pareja sosteniéndome con tanta preocupación. Él levanta la mano y toca gentilmente mi rostro. —Ya no está fría —dice, y no es lo romántico que esperaba. Miro alrededor para ver a quién se dirige, y me doy cuenta de que estoy acostada en mi cama de la infancia. Esto no es donde me dormí. Veo a Sofía acercándose hacia mí desde una silla al otro lado de la habitación y vuelvo la mirada a Seth, quien parece muy preocupado. —¿Estás bien, amor? —me pregunta suavemente. —Tengo mucho calor —le digo y él sonríe, quitando una manta, y luego otra y otra, mientras Sofía me toma la temperatura. —Es normal —dice ella. Miro sus ojos y la recuerdo, pero en una versión más joven. *** Recuerdo estar acostada en esta cama, Lily sentada en el extremo mientras Sofía me