When you visit our website, if you give your consent, we will use cookies to allow us to collect data for aggregated statistics to improve our service and remember your choice for future visits. Cookie Policy & Privacy Policy
Dear Reader, we use the permissions associated with cookies to keep our website running smoothly and to provide you with personalized content that better meets your needs and ensure the best reading experience. At any time, you can change your permissions for the cookie settings below.
If you would like to learn more about our Cookie, you can click on Privacy Policy.
—Hola —digo tímidamente—. Eso no tomó mucho tiempo. —No, no fue terrible. —¿Qué dijo tu papá? —Le dije que habíamos conocido a tus padres biológicos y que estaríamos aquí uno o dos días. Pareció estar bien con eso, pero dijo que tuviéramos cuidado. —Bien. Me alegra que estés de vuelta —le digo en voz baja. Él me sonríe de nuevo, de ese modo que me hace sentir tan especial. —¿Qué hiciste hoy? —Benjamín y yo dimos un paseo. Encontré el lugar donde puedes marcarme —le digo, mordiéndome el labio nerviosamente. —¿Sí? —pregunta, levantando una ceja y quitándose la camiseta, extendiendo la mano para tomar el trapo de mi mano y ocuparse de lavarme—. ¿Está lejos? —No está muy lejos —le digo mientras él lava mi pecho y mi estómago, pasando a agarrar una de mis piernas y limpiarla completame