2. Yui

783 Words
Kagome —Yo ... Claro que sí, ¿Cuándo comienzo? —Izayoi expulsa el aire que contuvo. —Bueno mañana me voy, hoy voy a presentarte con mi hijo — asiento. —Bueno en ese caso me voy a bañar, ya vengo — subo corriendo a mi habitación y me despojo de mi ropa y me entro al baño dándome una corta ducha. Me visto con un jean ajustado y una blusa sin mangas, mi cabello lo dejo suelto y bajo. —Ya nos podemos ir seño ...— ella me advierte con la mirada — Izayoi — ella y mi madre se despiden y nos vamos en su auto, último modelo. Cuando llegamos a la mansión del hijo de Izayoi quiero morirme, esto parece un palacio y todo es hermoso. Izayoi entra como dueña de la casa, pero es la de su hijo, una chica se acerca a nosotras. —Hola señora Izayoi — ella me mira y se asombra de momento, pero luego me sonríe. —Hola Sara, ella es Kagome, será la nueva niñera en el tiempo que dure fuera — ella asiente. —Mucho gusto Kagome — me da la mano y yo la estrecho, pero noto que me mira mal de momento y luego me suelta — ¿necesita algo señora? —Pregunta con mucha educación. —¿Mi hijo está en casa? —Pregunta Izayoi caminando y sentándose, me hace seña y yo hago lo mismo. —Sí, está en su despacho, lo llamo en un momento, con permiso — y así desaparece de nuestra vista. —Bien, aquí es donde vas a trabajar — me anima Izayoi y yo le sonrío. —Madre — se escucha una voz realmente sexy y con ella unos pasos. —Hola hijo — Izayoi me tapa la vista así que no puedo ver de quien se trata. —Me dijeron que ya llegó a la nueva niñera — Kami pero que voz. —Sí, ella es Kagome — se aparta a un lado dejándome al descubierto frente a la vista de un monumento de hombre. El hombre me mira sorprendido y con los ojos casi fuera de órbita, él toma una respiración profunda antes de hablar. Tiene una larga cabellera plateada, ojos ámbar casi dorados con una mirada penetrante, ¡parece un dios griego! Trato de que no note mi nerviosismo porque la verdad es que muero de nervios. —Pero vas a morir feliz por haber conocido a un dios griego — habla mi conciencia. —¡¿Pero qué dices?! - la reprendo — él es mi jefe, por si no recuerdas, trabajaré cuidando de su hija. —Cuidando a su hija no a él —me respondió. —Deberías callarte — sugiero. Miro a Inuyasha que está delante de mí con un traje que le queda endemoniadamente ... sexy. ¡Pero que pasa conmigo! Yo no soy así. —Se llama hormonas cariño, tienes que dejarlas ser felices —habla mi conciencia... otra vez. —Lo repito una vez más, deberías callarte—sugiero nuevamente. —Está bien me callo, pero eso no le va a quitar ni un poco de lo bueno que está—dicho esto desaparece. —Mucho gusto Kagome, soy Inuyasha Taisho—me da la mano y yo la estrecho enseguida, siento una corriente eléctrica que me hace tragar duro, quito mi mano de la suya como si tuviera fuego en ella. —Kagome...Kagome Higurashi, bueno como ya sabe seré la nueva niñera de su hija—sonrío nerviosa. —Sí, mi hija está en su recamara, Sara—llama Inuyasha, y esta aparece—lleva a la señorita a conocer a Yui—ella hace caso, y me guía hacia las escaleras, ya en el segundo piso nos detenemos frente a una puerta rosa. Toco la puerta con suma delicadeza. —Adelante—se escucha una dulce voz. Paso y veo a una hermosa niña que está jugando con sus muñecas sentada en el piso de la enorme habitación. Ella tiene el cabello n***o y es largo, cuando su mirada se encuentra con la mía veo que sus ojos son ámbar. —Hola Yui—camino hacia ella y me siento a su lado, ella me mira también con sorpresa—mi nombre es Kagome, voy a ser tu nueva niñera—la niña no dejaba de mirarme y me empezaba asustar. —Yo soy Yui Taisho—dice después de largos minutos—es mi abuela que me cuida, ¿qué pasa con ella?—su tono inocente es muy hermoso. —Ella tiene que viajar, por eso yo estoy aquí, para cuidar de ti mientras que ella no está—le digo con mucha dulzura y con una sonrisa. —¿Tú serás mi niñera?—asiento con la cabeza—¿te gusta jugar? —No, no me gusta—ella me mira triste—no me gusta porque me encanta jugar—sus ojos brillan de emoción. Miro hacia la puerta para encontrarme con la mirada ámbar de Inuyasha mirándome. —Qué bueno que de llevarán bien—dice Inuyasha después de segundos en silencio. —Tu hija es encantadora—le digo muy sorprendida por el parecido que tienen. —Es lo que más amo en esta vida. —Eso lo puedo notar—le sonrío sincera. —Hola papi—dice la niña y él la carga en sus brazos fuertes. —Hola hija—le besa la cabeza. —Papi, ¿ella será mi nueva madre?—momento incómodo.
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