Narra Alejandro.
Mi corazón se rompe al verla. Está toda herida, su aspecto peor incluso que el mío tras salir de la mano dura de los Borja. Sin embargo, para mi es la mujer más hermosa que existe, incluso tan frágil como un ave con el ala partida, su belleza deslumbra toda la habitación. Sin quitarme la chaqueta, ni el gorro, ni las botas me acerco a ella, ansioso por eliminar el espacio entre nosotros, pero para mi sorpresa, ella se aleja y mira a Cinthia con acritud.
—¿Qué está haciendo él aquí? ¿A esto llamas doctor? — su mirada es dura, al igual que sus palabras.
—Yo creí que… — empieza Cinthia a explicarse, pero no la deja terminar.
—¡Me has dicho que podía confiar en ti y mira lo que has hecho!
—¡Puedes hacerlo! — se defiende esta última.
—Bianca, amore… — la llamo para t
