Narra Alejandro: Mi reflejo en el cristal del auto me sigue durante todo el camino hasta la cena de gala: mi cabello debidamente peinado hacia atrás, la pajarita bien anudada y el esmoquin n***o impecable, obviamente. Como siempre, mi padre solo ha dado una orden sin explicaciones, y aquí estamos, obedeciendo sin más, debidamente vestidos, listos para el circo. En el auto van también Mássimo y su novia Cinthia, además de Beatriz, a quien me han endonado como si fuera un broche en la camisa. Yo estoy aquí, pero mi mente está lejos de este lugar. Solo me hizo falta ver a la prima de mi novio para acordarme de anoche. Todavía siento el sabor de su boca en la mía, sus caricias sanadoras por todo mi cuerpo y el olor de su pelo arrullándome en la oscuridad de la noche. ¡Qué desdicha es mi vid