Capítulo 5

1365 Words
Ya que aún odiaba al humano llegamos al acuerdo que solo me ayudaría durante mis ciclos de calor. Ambos cumplimos nuestra parte del trato, él no se acercaría a mi y yo lo llamaría cuando estuviera en problemas. Y así continué mi vida. Leyna se lamentaba por cada día que pasaba, me culpaba por no haber cumplido mi deber, se suponía que debía marcarlo, para que ningún otro ser se acerca a él. Era cierto que cada que lo veía con alguien más mi pecho dolía, pero era un humano, uno que podría traicionarme en cualquier momento. Yo soy un alfa y un alfa debe mantener su orgullo. Incluso si soy el lobo hembra o lo que sea, mi orgullo debe permanecer. Todos esos pensamientos me revolvían, quería correr a él, atarlo, llevarlo conmigo, encadenarlo, marcarlo, tenerlo. Era mi instinto de alfa. —Tener esos pensamientos no te conducirán a nada bueno— hablo Leyna. Yo miraba fijamente al humano —Es mi instinto— susurré. —Tenías una sola oportunidad, pero la perdiste. Debiste marcarlo aquella vez. —No es fácil marcar a un humano. —No es difícil, es más bien que tienes miedo. —Por favor ¿Miedo de que? —A perderlo. —Suficiente, ya no quiero hablar contigo— cerré la conexión, me levante de mi sitio y volví a la habitación. Fui a hacer mis tareas pendientes, pero realmente no podía concentrarme, las palabras de Leyna me habían dejado intranquilo. Era cierto que muy en el fondo tenía miedo de perderlo. Él era un humano y su vida era muy corta. Yo viviría al menos 500 años, pero él ni siquiera llegaría a los 100. Eso me ponía furioso, yo no quería ver morir a mi Mate. Puse el lapicero a un lado y me recargue en la silla, luego tomé mi cara con ambas manos y di un suspiro —¿Qué debo hacer?— susurré. Bueno, pensar este tipo de cosas me estresaba. Ya sabía claramente la respuesta, pero aún me negaba a aceptarlo. Yo no iba a ir y decirle que era mi Mate, conocía muy bien que lo divulgaría por toda la institución y yo no quería ser el centro de atención. Ya que era fin de semana decidí preparar mis cosas para poder volver a casa. Puse todo lo necesario dentro de mi mochila y salí de la habitación. Me dirigí al bosque y regresé por ahí, debía despejar mi mente y en serio estar en el bosque me tranquilizaba demasiado. Me detuve cuando llegue al lago de los espíritus, un lugar sagrado para las manadas. En este lugar podíamos conectar con nuestro lobo, conectar con la diosa y fortalecer nuestra mente. Ya que nadie miraba, me despoje de mi ropa y entre, me sumergí y mi mente se puso en blanco. Debía pensar, debía buscar una solución a mi problema con el humano y la guía perfecta era la diosa luna. Cuando abrí mis ojos me encontraba en un lugar diferente, la nieve lo tenía cubierto, pero eso no le quitaba la hermosa vista que tenía. Caminé en búsqueda de alguien, la diosa debía encontrarse aquí, pero mi búsqueda fracasó, ya que era un lugar sólido y desierto. Volví a mi cuerpo, ahora me encontraba fuera del lago y el humano practicaba respiración de boca a boca. ¿En serio el idiota creía que me ahogaba? Lo aparte de mi, ya que su rostro estaba muy cerca del mío —¿Que haces? Aléjate. —Creí que tú...— susurro. ——¿Que yo que? ¿Acaso mi hermana no te contó que este lago es sagrado? es imposible que un lobo se ahogue aquí— me levante del suelo, tomé mi ropa y me cambie, luego tome mis cosas y comencé a caminar. El humano había interrumpido mi tranquilidad. El camino detrás de mi, eso me hacía sentir algo dentro, me ponía feliz que se preocupara por mi. El no pronunció palabra, solo caminaba y eso me hacía sentir incómodo. Me detuve, me giré y lo miré —¿Seguirás siguiéndome? —Cuido lo mío— caminó a mi —Te recuerdo que eres mío ¿lo olvidaste acaso? —Si, bueno. Yo te recuerdo que un alfa no le pertenece a nadie— me giré, en serio que hablar con él no conducía a nada bueno. —Camina al lado mío— dije —Me incómoda que me sigas, pareces un acosador en ascenso. Él se posicionó al lado mío y me tomó la mano, yo lo miré, pero no me dejó hablar —Tranquilo, nadie nos verá aquí— sonrió y eso hizo que las mariposas de mi estómago revolotearan. Aparte mi vista de él y continué mi camino. Debía aceptar que este sentimiento no era el que Leyna tenía por su Mate, era algo más, este sentimiento siempre lo había tenido, me sentía cómodo con él, me sentía protegido por él. Al llagar a la manada me solté de su mano y me acerqué a su mejilla, deposite un beso y luego huí de ahí. En serio que mi orgullo se perdía cada que el humano se encontraba cerca. Fui a mi casa, entre y mis padres se encontraban en la sala, platicando con las madres del humano —Hola mamá, hola papá— los salude a ellos primero. —Hola señora Serafina, Hola señora Brillitta— las salude a ellas después y subí corriendo las escaleras. Si ellas se encontraban aquí era probable que el humano viniera y en serio no soportaría tener que verlo. —Franz— el humano tocó la puerta, misma que estaba abierta. Yo lo mire y espere a que hablara —Quiero hablar contigo ¿Puedo hacerlo? —Hazlo— dije desde mi sitio —Te escucho. —A solas— pidió —Es algo que... eh... no puedo hablar frente a mis madres. Yo reí —¿Es algo vergonzoso?— pregunte y me puse de pie. Caminé hacia donde él estaba parado y tomé su mano, después lo jalé y salimos de la casa. Me adentré con él al bosque y cuando nos encontramos lejos del campo de audio de mis padres y sus madres lo miré y espere a que él hablara —Yo— comenzó —quiero hablar sobre nosotros— dijo firme. —¿Nosotros? ¿Acaso hay un nosotros? —Si— me miró a los ojos —Todo lo que ha pasado hasta ahora es una locura, se que solo lo hacías para satisfacer tu ciclo de calor, pero yo realimente me di cuanta que me gustas, mucho más de lo que creí. —¿Crees que te creeré?— lo mire fijo —¿Quién fue el que te reto a hacer esto? —Lo digo en serio, Franz— me tomó de los hombros. —Será mejor que elimines estos sentimientos, solo te lastimaras— dije, pero solo me lastimaba a mi mismo. Me solté de él y me giré —Será mejor terminar esto aquí, no quiero involucrarme más contigo— las lágrimas comenzaban a formarse en mi. Ahora estaba dispuesto a romper nuestro lazo —Yo— me giré —Debo rechazarte, yo ya no quiero que tú seas mas mi Mate, así que corresponde mi rechazo, así será más fácil para ambos. —¿Qué?— me miró sin comprender —¿Soy tu Mate?— cuestionó y luego formó una sonrisa en sus labios. —Si, pero no quiero nada que ver contigo— me acerque más a él —Te rechazo, humano. Rechazó que seas mi Mate, rechazó el lazo que nos une y será mejor que tú también lo hagas. Su rostro cambió, la molestia se reflejó —Bien, te rechazó, licántropo. Rechazó tu maldito lazo que te une a mi. Mi corazón comenzó a estrujarse, el dolor me consumía ¿Era esto a lo que se referían cuando él rechazó ocurría? El dolor se intensificó, las lágrimas comenzaron a brotar. El dolor hizo que Leyna tomara el control de mí y mostró mi forma lobuna. Se adentró al bosque, quebrada por lo que tontamente había hecho.
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