Anna Sophie.
— Dereck — murmuro lentamente —. No lo puedo creer.
Él ríe y se encoge de hombros, ¡como si no fuera la gran cosa!
— Yo no hice nada.
— ¿Nada? — Casi chillo —. Me acabas de salvar la vida con eso que hiciste.
— Exageras, rojita.
— No, rojito — niego, aún sin salir de mi estupor —. El dinero que me dio tu abuelo por el coche es…
Es más de lo que esperaba.
De hecho, es un poco más de lo que necesitaba.
Es… mi salvación y la de mi hermano.
Y la de mi madre.
Sin poder contenerme, la emoción recorriendo mi cuerpo, salto a sus brazos, pegando un gritito que amortiguo en su cuello.
— Te dije que te iba a ayudar, pelirroja.
— Lo sé — susurro, pero no siempre la gente cumple con su palabra. No siempre la gente ayuda. Y siendo completamente honesta, hace mucho que no r
