Anna Sophie.
Me miro frente al espejo, observando el desastre que me devuelve la mirada. Tengo ojeras increíblemente pronunciadas y me veo demacrada, pero lo peor de todo es el enrojecimiento de mis ojos debido al llanto.
Tomo una profunda respiración y dejo salirlo todo, alejando las lágrimas cuando las siento de nuevo venir.
No puedo creer que vamos a enviar a mi hermano lejos.
Y no puedo creer que todo sea para evitar que termine en la cárcel o, peor aún muerto. Porque, aunque me duela admitirlo, ese será su destino si continúa como va. Así que si tenerlo lejos de mí es el costo que tengo que pagar para que él se forme una vida correcta, que así sea. Pero no puedo permitir que él siga por el camino que va.
No puedo.
Al momento en el que veo a mi hermano en el comedor, desayunan
